Se denomina café a la bebida que se obtiene a partir de las semillas tostadas y molidas de los frutos de la planta de café o cafeto (Coffea). La bebida es altamente estimulante, pues contiene cafeína. Por extensión, también se puede designar con este nombre al lugar de consumo de esta bebida y sus múltiples variantes, y de ese nombre hay también muchos sinónimos: cafetería o bistró, entre otros.
El
cultivo del café se encuentra ampliamente difundido en los países tropicales y
subtropicales. Llama particularmente la atención el caso de Brasil, porque
concentra poco más de un tercio de la producción mundial (véase más adelante).
Los granos del café son uno de los principales productos de origen agrícola que
se comercializan en los mercados internacionales y a menudo supone una gran
contribución a los rubros de exportación de las regiones productoras. El
cultivo del café está culturalmente ligado a la historia y al progreso de
muchos países que lo han producido por más de un siglo.
Se
produjeron en todo el planeta un total de 6,7 millones de toneladas de café
anualmente entre los años 1998 y 2000, y se espera que se eleve la cifra a 7
millones de toneladas anualmente en 2010.
En
España, Portugal, Paraguay, Brasil y Río de la Plata es frecuente el consumo de
café torrado o torrefacto (tostado en presencia de azúcar). Suele tomarse como
desayuno o en la sobremesa después de las comidas, y es una de las bebidas sin
alcohol más socializadoras en muchos países. Existen casi tantas formas de
preparar esta bebida como consumidores pero la más popular, aparte de tomarlo
solo, es la que lleva leche, aunque también se le suele añadir crema o nata,
leche condensada, chocolate o algún licor. Se sirve habitualmente caliente,
pero también se puede tomar frío o con hielo.
La industria
del café mueve en la actualidad 70.000 millones de dólares al año, cifra
superada únicamente por el petróleo en lo que se refiere a exportaciones de
materia prima a escala mundial.
Actualmente,
más de veinticinco millones de fincas familiares en unos ochenta países
cultivan alrededor de quince mil millones de cafetos, cuya producción termina
en los 2.250 millones de tazas de café que se consumen a diario.
Las presentaciones
Existe
una variedad de preparaciones que incluyen sólo café expreso y leche caliente:
- Latte
macchiato: es leche caliente «manchada» con una pequeña cantidad café
espresso. El café se agrega sobre la leche. No confundir con el café
macchiato (véase más abajo).
- Café
con leche (café latte): es un café espresso con leche caliente. Las
proporciones son 1/3 de expreso y 2/3 de leche caliente. En francés es
conocido como café au lait (lit. "café con leche").
- Capuchino:
es un café espresso al que se le añade leche espumosa, generalmente
salpicada con polvo de cacao. La proporción debe ser 1/3 de expreso, 1/3
de leche y 1/3 de espuma de leche. La palabra «cappuccino» se toma de la
semejanza del color de esta preparación con el color de los hábitos de los
monjes de esa orden. Como la leche se agrega al café, es posible demostrar
la destreza en este procedimiento en lo que se ha denominado arte del
latte.
- Café
cortado o macchiato: es un café espresso con espuma de leche encima.
Macchiato significa 'manchado' en italiano, o sea un café «manchado» con
espuma de leche. En algunos lugares el macchiato es simplemente un expreso
con un toque pequeño de leche caliente para reducir la acidez.
Existe
una gran cantidad de variaciones en la preparación del café, que incluyen otros
ingredientes como: licores, cremas y especias. Los nombres pueden variar de
país o zonas geográficas:
- Café
americano: es un café reducido o suavizado con el doble o más de agua de
lo normal. En Venezuela se le conoce como guayoyo o café aguarapao'.
- Solo
doble: a diferencia del café americano, no está reducido, y la cantidad de
café es proporcional a la de agua, resultando así un café con más cuerpo y
sabor que el anterior.
- Café
árabe: café con azúcar, hecho a partir de agua hervida con canela y
cardamomo.
- Barraquito:
es un café cortado largo con leche, leche condensada, canela, una raspa de
limón y un chorrito de Licor o Tía María.
- Bedoña:
un café con chocolate a la taza y leche condensada.
- Blanco
y negro: un granizado de café con leche merengada o con helado (de turrón
o mantecado).
- Biberón
de Milán: un café mezclado con leche condensada, yema de huevo, vermut,
una rodaja de limón y canela, servido con hielo granizado.
- Bombón,
biberón o goloso (en Canarias, cortado condensada): es un café con leche
condensada; es típico en Valencia.
- Belmonte:
es un café con leche condensada y brandy; es típico en Murcia y Almería.
- Carajillo:
una bebida con alcohol preparada con brandy, ron u otros licores y café a
partes iguales. En algunas partes, el licor se quema con azúcar, unos
granos de café y una corteza de limón, salvo que se vaya a servir con
nata, en cuyo caso, se quema sin limón.
- Café
moca o mokaccino: es un 1/3 café expreso, 1/3 de chocolate y 1/3 de leche.
- Chocolateado:
un café al que se le añade chocolate a partes iguales.
- Crema
(café-crème): un café en el que se añade un poco de crema fresca o una
nube de leche. En la Suiza francófona, al café con leche se le llama
renversé ('invertido').
- Frappé:
a base de café soluble batido, se puede servir con leche y siempre muy
frío. Es muy popular en Grecia.
- Irlandés:
una bebida con alcohol preparada con un volumen de whisky por cada tres
volúmenes de café.
- Café
vienés (o cappuccino alla viennese, en Viena se llama Melange): es una
preparación compuesta de un café expreso largo bastante claro, al cual se
le añade leche caliente batida con crema, y como el capuchino, se adorna
el café vienés con chocolate en polvo o en virutas.
- Café
con hielo: café expreso con hielo y azúcar. Se sirve caliente para
disolver el azúcar y posteriormente se vierte en un vaso de base ancha con
piedras de hielo.
- Asiático
(Cartagena, España): café con leche condensada y brandy, acompañado de
unas gotitas de Licor (fabricado en Cartagena), un par de granos de café,
corteza de limón y canela.
- Café
del tiempo (Valencia): café con hielo al que se añade una rodaja de limón.
- Leche
y leche (Canarias): café cortado largo con leche condensada.
- Café
de olla: café típico del centro de México (consumido sobre todo en las
zonas frías o durante las temporadas de climas fríos) elaborado de
preferencia en una olla de barro y al que se le agregan muchos
ingredientes: canela, clavos de olor, piloncillo o bien azúcar morena,
café tostado muy oscuro y molido medio o fino, vainilla y almendra.
Conoce los cinco efectos que produce el
café en tu cerebro
El
café es consumido en gran medida no sólo por su sabor, sino por los efectos que
tiene en los consumidores. El grano de café en sí mismo contiene sustancias
químicas que son estimulantes para las personas. Estas sustancias son tóxicas
en grandes dosis. El consumo excesivo de café (más de 4 tazas al día) perjudica
a la salud. Así lo refleja y comprueba un estudio de la UCM; otros estudios
(que se pueden leer en internet) también avalan esto.
Un
conocido efecto del café, es su acción contraria al sueño (si el café no es
descafeinado y contiene cafeína), aunque el posible insomnio puede evitarse si
se realiza un consumo moderado de café y si se evita el mismo después de la
tarde (en cuanto la intención sea dormir de noche; de otro modo, para evitar el
insomnio provocado por la cafeína siempre conviene evitar el consumo de café al
menos unas cuatro horas antes de intentar ir a dormir).
Te
quita el sueño, te eleva la adrenalina y mucho más. Entérate lo que sucede
cuando te tomas una tacita de esta bebida.
1.
Supresor de sueño
La
adenosina es una molécula que realiza una importante función en los procesos
del cuerpo humano. Esta molécula tiene propiedades sedantes y da sueño una vez
que se libera. La cafeína ayuda a bloquear el receptor de la adenosina. Por
eso, el café “quita” el sueño.
2.
Hacer cosas
¿Cuántas
veces nos hemos amanecido haciendo tareas acompañados de una taza de café? La
cafeína no solo quita el sueño como se explicó en el punto 1, sino también
ayuda a ejecutar alguna idea. No es que ayude a la creatividad, sino que si ya
se tiene algo planificado, el café ayuda a que nuestro cerebro lo ejecute.
3.
Tiempo de efectividad
Cuando
tomas café, uno se siente más concentrado, energético y despierto. ¿Pero cuánto
es el tiempo que toma sentirse así? El efecto de la cafeína tarda en llegar al
cerebro 5 minutos en promedio.
4.
Genera Tolerancia
El
mismo efecto de estimulación del cerebro no se consigue si se toma una taza de
café todos los días. Aunque se tome pocas cantidades de café, se va generando
tolerancia. Esto quiere decir que si tomas media taza de café o tres tazas de
café diarias, necesitarás más de la dosis previa porque el efecto no será el
mismo.
5.
Produce adrenalina
Al
tomar café se genera más actividad celular por la falta de sueño. Por eso, la
glándula pituitaria (encargada de regular la mayoría de los procesos
biológicos) percibe esto como una situación de alerta y genera la adrenalina.
Lo negativo de esto es que nuestros músculos se tensan y aumentan los latidos
del corazón. Si se toma café con precaución podrás mantenerte con energía todo
el día.
Diez normas para servir bien el café
Lúcete
sirviendo un café elegantemente presentado, aromático, lleno de sabor y con ese
toque extra que recordarán tus invitados, no solo por la deliciosa bebida, sino
por la impecable forma en que se les presenta.
1.
Comunícate con tus invitados: Nunca olvides preguntar a tus invitados cómo
prefieren el café, dándoles distintas posibilidades: solo, corto, largo, con
leche, etc.
2.
Explica las opciones: Si tienes distintas variedades de café debes informarlo,
asimismo como las características de los mismos, es decir si son suaves,
fuertes, si son aromáticos y qué aroma tienen. A la gente le gusta aprender, da
información si notas que están interesados.
3.
Ofrece alternativas: No olvides disponer de infusiones como té, poleo o
manzanilla para ofrecerlas como opción. Recuerda que no todo el mundo toma
café. También puedes tener café descafeinado.
4.
Sobre el servicio correcto: El café debe llevarse a la mesa en una bandeja en
la que no debe faltar: una jarrita con el café recién hecho, leche caliente,
leche fría (por si alguien “se quema la lengua” o simplemente no le gusta muy
caliente), distintos tipos de azúcar (pinzas en caso de servir terrones),
edulcorantes. Dependiendo de la presentación comercial del azúcar deberás usar
azucarera o pote para colocar los sobres.
5.
La taza siempre en platito: La taza siempre se debe dejar encima del plato, y
sobre la superficie donde se coloca, bien sea la bandeja o en una mesa. No se
debe entregar en la mano porque la probabilidad de que se le derrame será muy
alta.
6.
La cucharilla bien ubicada: Las tazas vendrán apoyadas en su plato
correspondiente, cuidando que la cucharilla esté al lado del asa y ésta, cerca
de la mano derecha del comensal, o si el comensal es zurdo poner el asa y la
cucharilla cerca de la mano izquierda.
7.
La cantidad justa: Nunca llene demasiado la taza. Cuando vaya a tomar una taza
para llenarla con café nunca la toque por el borde superior. Debe tratar de no
tocarla o agarrarla por el asa.
8. Acompañamiento
ideal: Si el café lo vas a servir junto con el postre es perfecto, pero si lo
vas a servir en vez del postre, es conveniente ofrecer unos dulces pequeños
como galletas variadas o una rebanada de coffee cake.
9.
Los bordes no se tocan: Cuando sirvas café, nunca toques con tus dedos los
bordes de la taza, a algunas personas les molesta pues allí posarán sus labios
y además, va contra el protocolo del café y se ve como un gesto torpe.
Fuente:
http://publimetro.pe
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