QUE DICE LA BIBLIA SOBRE LA QUEJA, LA MURMURACIÓN, LA CRÍTICA Y LA CALUMNIA
Hay algo que realmente está atacando a las iglesias en este tiempo o en todos los tiempos ha estado al asecho, no sé si llamarlo microbio, virus, plaga, demonio, o todo junto a la misma vez. Realmente es una plaga, como un virus, que infecta, que carcome, que destruye, es como una enfermedad que aparece de pronto, pero que día a día va de mal en peor y es preocupante, este virus ataca a hombres, mujeres y niños a grandes y pequeños, a negros y a blancos, a pastores y lideres, esta plaga no perdona a nadie (dile a tu vecino cuídate) usted me dirá no hermana yo estoy bendecido, estoy sano Dios me ama. Allá afuera también hay personas que parecen estar sanas, pero tienen el sida, hay gente que aparentan estar bien, pero están mal, en este tiempo es difícil confiar en alguien, o dejarse llevar por las apariencias. Les estoy hablando de la plaga de “la queja y la murmuración”.
Les voy a definir la palabra QUEJA: esta palabra significa (lamentarse, dolerse, protestar, demandar, reclamar, reprochar.) Y de la queja viene la murmuración, estos son como dos gemelos que nunca andan separados siempre andan juntos y son muy buenos compañeros nunca se separan, la queja no es de Dios, no viene en el paquete de la salvación. La murmuración no anda sola, siempre anda con una gran y desagradable pandilla, es decir: la inconformidad, la contrariedad, la ira, el enojo, la amargura, el odio, la violencia, la rebelión, Etc.
La murmuración es de la carne y del mundo, sino mire como está el mundo, todos murmuran del gobierno, de sus autoridades, el pueblo se queja de los políticos y los políticos se quejan del pueblo (adonde iremos a parar con tanta gente hablando mal.) Este virus es fatal, y se va metiendo poco a poco como un niño travieso en el corazón de los hombres, aparentemente inofensivo, pero nocivo y fatal. En fin las personas que murmuran se quejan de las circunstancias que los rodean y algunos hasta se quejan de servir a Dios y terminan murmurando contra Dios y sus Siervos.
La palabra griega “DIABOLO”, usada para diablo nos ayudará. El significado más común de esta palabra es “calumniador” o “murmurador”, que define “al que dice algo falso de alguna persona”; pero diabolo también es usada para designar a “aquel que dice una verdad con la intención de perjudicar”. Eso quiere decir que si alguien habla falsedades de otro, esto es murmuración. De un ausente sólo se puede conversar lo que es positivo, de edificación y de ejemplo para otros.
MURMURAR: Significa hablar mal de alguien a sus espaldas, hablar entre dientes manifestando disgusto o queja; viene del Hebreo DIBBÁ= calumniar, desacreditar, hablar mal, mala fama, infamia, oprobio (deshonra). El murmurador desobedece a Dios y ese pecado no queda impune delante de un Dios santo, ( véase Romanos 1:30, 32). El murmurador cree que murmura contra el siervo de Dios pero en realidad es contra Dios mismo que murmura. “porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.” Éxodo 16:8.
Dios se airó con Israel porque murmuraban en contra de Él diciendo que estaban mejor en Egipto y Dios hizo que hubiera una gran mortandad a causa de tanta murmuración, y toda una generación pereció en el desierto a causa de la mortandad y no entraron en la tierra prometida sino solo sus hijos ( véase Números 14:2-4, Números 14:21-27, Números 14:35). María y Aarón murmuraron de Moisés y Dios se enojo con ellos y puso lepra en todo su cuerpo de María a causa de que hablaban en contra de Moisés por haberse casado con una mujer cusita, y como Moisés hablaba cara a cara con Dios, Dios salió en defensa de la honra de Moisés por ser su siervo escogido ( véase Números Cap. 12).
MURMURACIÓN, CRÍTICA, CALUMNIA
¿Quién de nosotros alguna vez no ha sido víctima de estos tres verbos? Y ¿quién de nosotros jamás ha incurrido en el error de llevarlos a cabo contra alguien? Hoy en esta ocasión, vamos a analizar estos tres aspectos (tristemente familiares) de nuestras iglesias, y entenderemos el por qué debemos desear desarrollar como familia, un rechazo hacia ellos. Primeramente, veamos que significan cada uno de ellos, he tomado estas definiciones del diccionario Encarta, el cual dice lo siguiente:
- Murmuración = conversación en perjuicio de un ausente.
- Crítica = Examen y juicio acerca de alguien o algo.
- Calumnia = Acusación falsa, hecha maliciosamente para causar daño.
¿Y qué dice la Biblia al respecto?
En cuanto a la murmuración es interesante observar la perspectiva de Santiago, el dice así: “Si alguno se cree religioso entre vosotros, pero no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana ( Santiago 1:26) Nos está diciendo sencillamente que deberíamos dudar del cristianismo de cualquier persona que está dedicada a la murmuración.
Respecto a la crítica, es interesante notar que la persona que critica, es alguien que toma el lugar de un juez o de un catedrático, y se da la libertad de analizar a quien sea y emitir un dictamen o sentencia de los demás, de fondo, es alguien que se ve a sí mismo superior. ¿Ha escuchado usted acerca de la crítica en el cine o en la literatura?, Son elites de conocedores del tema, que emiten juicios respecto a todo lo que se produce, se supone que su conocimiento es tan profundo que están calificados para analizar una película u obra literaria, y sentenciar si fue buena o mala. De igual manera, cuando alguien critica, está comunicando a los demás que (por lo menos para él mismo) es una autoridad o perito en el tema.
( Santiago 4:11-12) Hay solo uno que puede juzgar, ese es Dios, la pregunta que queda es “tú, ¿Quién eres?” No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. El juzgar me expone a que otros me critiquen, me hace ver ridículo ante los demás y me convierte en un hipócrita. El criticar me pone en el papel de Dios, juzgando a aquel que solo Dios calificará en su momento. Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios ( 1 Corintios 4:5) Cuando critico, me anticipo a lo que Dios hará, el juzgará a cada persona en su Tribunal.
¿QUÉ TIENEN EN COMÚN ESTOS TRES?
Tienen que ver con hablar mal de alguien, los tres destruyen y los tres son pecados.
Esta parece ser una pregunta un poco ingenua lanzada al aire, pero en realidad no lo es. De ahí que es bueno considerar este asunto a nivel de la reflexión bíblica. El relato bíblico del Evangelio de Juan 6:41-51, empieza con una actitud poco amigable de los judíos: murmuran contra Jesús por el hecho de haber dicho:"Yo soy el pan que descendió del cielo". Ahora bien, ¿es malo murmurar? ¿Qué es lo que pretendían los judíos con respecto a Jesús? Es preciso tomar nota que en la Biblia encontramos muchos casos de murmuraciones. Por ejemplo:
• Israel murmuró contra Moisés, Aarón y Dios en el desierto ( Éxodo 15:24; Éxodo 16:2; Números 16:41; Números 14:27);
• Los obreros de la viña contra el padre de familia ( Mateo 20:11);
• Contra la mujer que derramó su perfume en la cabeza de Jesús ( Marcos 14:5);
• Los escribas y los fariseos contra los discípulos ( Lucas 5:30);
• Los griegos contra los judíos ( Hechos 6:1).
Cabe destacar que en todo momento Dios condena esta actitud negativa y lo considera malo, incorrecto, infraterno, pecado. Jesús mismo advierte a los que murmuran a que no lo sigan haciendo. Pablo, el apóstol, en su carta a los Romanos, en lo referente al listado de pecados que el hombre comete contra Dios, señala la murmuración ( Romanos 1:30); recomendando no seguir haciéndolo.
¿Cuánto poder tienen las palabras? La Biblia nos dice que: la lengua; es una parte muy pequeña del cuerpo, pero es capaz de grandes cosas. ¡Qué bosque tan grande puede quemarse por causa de un pequeño fuego!” ( Santiago 3:5). Por esto, Dios nos advierte acerca del mal uso de la lengua, puesto que puede causar muchísimo daño tanto a las personas, como a la misma Obra del Señor.
1º LA MURMURACIÓN ES UN PECADO ( Números 12:1)
Nuestro pasaje dice: “María y Aarón hablaron contra Moisés…”. Es muy probable que hablaran entre sí. El hecho de anteponer el nombre de María al de Aarón parece indicar que posiblemente María fue la que habló mal de su hermano y Aarón sólo asintió. La murmuración consistió en una crítica en contra de Moisés por haber tomado una mujer cusita.
La murmuración puede ser sobre un hecho verdadero, entonces se le llama chisme. No se cuestiona si lo que se comunica es cierto o no, sino que el hecho de hablarlo, de comentarlo con otros, se constituye en murmuración y eso es pecado. En este caso, si a los hermanos de Moisés les parecía que él se había equivocado al casarse con una cusita, debieron comentarlo con él directamente y lo más pronto posible. Y es que la murmuración y el chisme causan muchos estragos. La Biblia dice: “El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos” (Proverbios 16:28).
Nuestro Señor llama a los chismosos corruptos: “Todos ellos son muy rebeldes, y andan sembrando calumnias; sean de bronce o de hierro, todos son unos corruptos” (Jeremías 6:28) (N Versión Internacional). Por eso, Dios prohíbe la murmuración dentro de su pueblo: “Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones” (Filipenses 2:14) (Biblia de las Américas).
2º LA MURMURACIÓN TIENE OTROS MOTIVOS ( Números 12:2)
Muchas veces los que murmuran quieren aparentar que están preocupados por la Obra de Dios, por el adelanto de su reino sobre la tierra, pero no siempre es así. En nuestro pasaje, se echa de ver que los motivos escondidos de María y Aarón al murmurar de Moisés, eran los celos y la envidia.
Ellos tenían celos de Moisés, tal vez se preguntaban por que pareciera que él era el favorito del Señor. También sentían envidia porque Dios lo había escogido para ser el líder y ellos sentían que también tenían derecho, además eran mayores de edad que Moisés, y por si fuera poco, también Dios había hablado al pueblo por medio de ellos. Dios dice en su palabra que los que murmuran sólo buscan satisfacer sus propios intereses: “Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos…” ( Judas 1:16). Quizá es un poco más clara la versión popular Dios Habla Hoy: “De todo se quejan, todo lo critican y solo buscan satisfacer sus propios deseos…”. Haremos bien en examinar cuáles son los motivos que nos impulsan a hablar en contra de los demás.
3º LA MURMURACIÓN ATRAE EL CASTIGO DE DIOS ( Números 12:2-16)
El resto de este capítulo nos habla de la acción de Jehová ante el pecado de la murmuración de María y Aarón. Podemos dividir la acción de Dios en tres partes: (1) Dios oyó. (2) Dios amonestó. (3) Dios castigó.
Primeramente Dios oyó. Los que murmuran, calumnian o chismean deben saber que antes que los escuchen los hombres, primero que nadie, Dios ya lo ha oído. El versículo 3 parece indicar que el murmullo había llegado también a los oídos de Moisés, pero no había hecho caso del mismo porque era un hombre sumamente lleno de mansedumbre. Pero Dios si toma cartas en el asunto. Dios amonestó. El Señor llamó de pronto a los tres hermanos: El texto hebreo dice: Súbitamente. Nosotros debemos tener cuidado pues no sabemos cuándo nos llamará el Señor.
Se entiende que los tres entraron en el Tabernáculo, pero de allí, el Señor llamó sólo a Aarón y María a la puerta del Santuario. El Señor les explicó que hay diferentes llamamientos. Ellos habían sido llamados a ser profetas. Pues a ellos, Dios les hablaría de una manera, por medio de sueños y visiones. Pero de una manera muy diferente hablaría con Moisés. Cara a cara, claramente y no por figuras. Además a Moisés le era concedido ver la apariencia de Jehová. Dios da a entender que si bien ellos tienen un ministerio, Moisés tiene un ministerio superior. Por eso les pregunta: “… ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?”
Aún cuando Moisés no era para nada un hombre perfecto, ellos debieron tener temor de hablar mal de él. La Biblia dice que los ángeles santos temen hablar mal de los demonios: “Mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor” (2 Pedro 2:10-11).
Asimismo, el arcángel Miguel no se atrevió a hablar mal del diablo: “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda” (Judas 1:9).
Creo que debemos seguir el ejemplo de David que tuvo mucho respeto por la persona de Saúl pues era el ungido de Jehová: “Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová” (1 Samuel 24:5-6).
El pecado de murmuración de María y Aarón, más que lastimar a Moisés o menospreciar cuestionar su autoridad, estaba cuestionando la autoridad de Dios, pues fue el mismo Señor quien lo puso en esa posición.
Dios quiere que vivamos en paz, en armonía, en alegría, que contagiemos de su amor y de esperanza a la humanidad entera, que seamos instrumentos de su paz ahí donde reine el odio y la murmuración. Pienso que como cristianos tenemos la gran oportunidad de decir ¡Alto! a esta situación a través de nuestro buen testimonio cristiano. Debemos ser ejemplos del amor de Dios y evitar ser instrumentos del diablo quien es el que siembra en nuestros corazones una actitud infraterna. Es hora de cambiar nuestra manera de conversar y hacer las críticas necesarias, pero teniendo como ingrediente el amor. Para que lo que hablemos sea algo fructífero en favor de la dignidad humana y de la Misión de la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo.
LA MURMURACIÓN ENTRE LOS HERMANOS
“Hermanos, no murmuréis los unos de los otros” (Santiago 4:11). El cristiano que continuamente está murmurando, hablando entre los dientes, La gente que vive Quejándose detrás de la espalda del pastor y de los hermanos, está provocando discordias, disensiones, pleitos, rencillas; el tal está dando a conocer su escases de poder espiritual, y una vida controlada por los impulsos naturales de la carne. Los creyentes maduros no murmuraran. La madurez no se mide por conocimiento teórico, sino por relación con Dios. “Haced todo sin murmuraciones y contiendas” (Filipenses 2:14). “…todo hombre sea pronto para oír, tarde para hablar, tardo para airarse…” (Santiago 1:19). Los creyentes maduros tienen dominio sobre su lengua con la ayuda del Espíritu Santo, “llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5). La murmuración, el chisme y la difamación dañan la esencia de una congregación que es la manifestación pura del amor de Dios.
LA MURMURACIÓN HACIA LAS AUTORIDADES
Esta clase de murmuración lleva como raíz un corazón rebelde, y ya sabemos lo terrible que es para Dios la rebeldía. El hermano rebelde, por consiguiente cuando hable, seguramente que dirá palabras rebeldes, porque de la abundancia del corazón habla la boca, y además siempre estará dispuesto a encontrar errores en las autoridades para murmurar de ellas. Lo vimos en la historia de María y Aarón en el libro de Números 12:1-8. Tengamos presente que las diferencias personales o de opinión no deben llevarnos a cuestionar la autoridad delegada de Dios, ni hablar mal de ella; Dios oye la murmuración acerca de la autoridad y él mismo sale en defensa de la autoridad criticada, por lo que debemos tener temor de hablar contra las autoridades, ya que ésta acarrea juicio.
CONSECUENCIAS DE LA MURMURACIÓN
Crea división: (Hechos 6:1) La murmuración tiene la habilidad de enfrentar a la gente, de hacer que el hombre vea al otro hombre como su enemigo. La murmuración dividió la iglesia del primer siglo entre griegos y hebreos. Donde hay murmuración se producirá confusión y la confusión lo único que produce es división.
Rompe amistades: (Proverbios 16:28) La murmuración consigue separar amistades, personas que anduvieron juntas, que se amaron, a quienes gustaba compartir la mutua compañía, el chismoso las ha separado. Todo porque alguien dio rienda suelta a la murmuración y así de dos grandes amigos hizo dos grandes enemigos.
Paraliza la obra de la Iglesia: (Números 12:15). La historia de la Iglesia demuestra que la murmuración detiene el crecimiento de la obra de Dios, la paraliza. La murmuración obstaculiza la obra de Dios porque consigue agrietar la Iglesia, logra polarizar los recursos de ésta, rompe relaciones, separa amistades, enfrenta a la gente. Las energías y el tiempo que podrían usarse en la edificación del cuerpo de Cristo, en la salvación de este perdido mundo, son derrochadas debilitando la Iglesia y arruinando su credibilidad.
La murmuración y la queja provocan a ira y enojo al señor: (Números 11:1) Dios detesta la murmuración y más cuando está dirigida a siervos que están en liderazgo Ejemplo: Aarón el pastor auxiliar de Moisés y María la directora de alabanza (Números 12:1-2) Dios no soporta a personas que hablan de los siervos de Dios lea conmigo el versículo (Números 12:5) hay personas que nos les importa hablar de cualquier persona, no le importa si es pastor, si es algún líder, etc.
CÓMO DETENER LA MURMURACIÓN
1. Los murmuradores terminarán cuando no haya quien los escuche. La murmuración es asunto de oferta y demanda. Lo que no se vende deja de producirse. Un pastor inglés, se preguntaba “¿cuándo los habladores dejarán de hablar?” y él mismo respondía la pregunta, “cuando los escuchadores dejen de oír lo malo”. “Cierra tu oído a aquel que abre su boca en contra de otro”.
2. Cuando nos demos cuenta que al escuchar nos hacemos cómplices. “el murmurador infringe daño cuando calumnia al ausente y el que da crédito a la calumnia antes de saber la verdad es igualmente culpable”. Prestar oído al murmurador es una forma de murmuración.
3. Cuando reconozcamos que a quien únicamente beneficia la murmuración es al diablo.
4. Cuando se reconozca que la murmuración interrumpe y paraliza la obra de Dios.
(Salmos 133:1-3). Pentecostés no se produjo en un vacío. Se produjo cuando los cristianos estaban unánimes juntos.
5. Cuando el cristiano reconozca que su murmuración impide la unanimidad imprescindible para la salud de la iglesia.
6. Cuando se acepte que al murmurar del que tiene la imagen de Dios, se está murmurando de Dios. (Santiago 3:9)
7. Cuando reconozcamos que es pecado.
8. Cuando se reconozca que la murmuración va dirigida contra Dios. (Éxodo 16:8; Santiago 4:11-12)
¿QUE ES LO QUE SI PUEDES HACER?
1. Más bien hazte más fuerte. No dejes que esto te hunda o te desanime, más bien que los comentarios negativos sobre tu persona sean un estimulo para enfocarte en lo positivo, y lucha por ser mejor.
2. Ora y habla bien de las personas que murmuran y hablan mal de ti (Mateo 5:44-45, Lucas 6:28) ¿por qué quien podrá respetar a la persona que dice cosas malas de alguien que solo dice cosas buenas? Y que otra persona pueda decir ¡Qué pena que hables mal de él, el siempre se expresa bien de ti!
SI ALGUIEN CRITICA O MURMURA DELANTE DE TI, APLICA LAS TRES PREGUNTAS FILTRO:
¿Es bueno? = ¿lo que estás diciendo de alguien es algo bueno, algo que va ayudar a construir el ministerio, la reputación o la vida de alguien?
¿Es verdad? = ¿Estás completamente seguro que lo que vas a decir es cierto o es solo un rumor que te llegó?
¿Es necesario? = ¿Realmente debes hablar eso aquí? ¿Ayudará a esa persona a superar su problema? ¿O es simplemente un comentario sin propósito?
Si el comentario no pasa positivamente por las tres preguntas, estarás frente a una murmuración, una posible calumnia y seguro que es una crítica, estás ante alguien que va a pecar delante de ti, ayúdale, dile : “Te evitaré un pecado, no te voy a seguir escuchando”.
SI SOY YO QUIEN LO HAGO
Si soy yo quien normalmente hago este tipo de comentarios y críticas, y me doy cuenta que debo hacer un cambio en mi vida.
• Reconocer que la murmuración, calumnias y críticas que me son habituales, en realidad son pecados que debo confesar (Proverbios 28:13)
• Preguntarme cual es mi motivación ¿quiero buscar popularidad? ¿estoy buscando esconder mis debilidades señalando las faltas de otros? ¿no he controlado mi lengua?
• Analizar objetivamente qué resultados tengo: ¿Bendicen mis comentarios a la iglesia, familia o trabajo donde pertenezco? ¿Son mejores mis amigos y familiares por criticarlos tanto? ¿Estoy creando un ambiente de confianza o de desconfianza?
• Restaurar el daño, ir a las personas a las cuales he criticado o murmurado y pedir perdón, eso me permitirá pensar mejor antes de hablar en perjuicio de alguien.
LO QUE DIOS ESPERA DE NOSOTROS
Cuando Dios tenía el derecho de publicar nuestros pecados y condenarnos, por cuanto todos somos pecadores, Él no tuvo en cuenta esto y renunció a juzgarnos descargando sobre Cristo todo el juicio que merecíamos, y por medio de la gracia nos regaló la salvación, y aún hoy cuando fallamos, Él mira la sangre de Cristo y no nos toma en cuenta nuestro pecado. Él espera q hagamos exactamente lo mismo. “Sed pues misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Lucas 6:36).
Cuando alguien nos ha ofendido o se ha equivocado, cuidemos nuestras palabras y no le juzguemos, no sea que Dios nos mida con la misma vara. “Y ante todo, tened ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados” (1Pedro 4.8). El Señor nos demanda un amor ferviente, celoso, que cuida la dignidad y el nombre de su hermano porque le ama. Es importante aprender a “cubrir” la falta, es decir, a no divulgarla porque sí, sino más bien a buscar la restauración del hermano.
Debemos comprender que “cubrir” no es lo mismo que “encubrir”, el que encubre participa del pecado, en cambio el que cubre la falta no la toma en cuenta, ni desmerece al hermano por cuanto le ama y no quiere que su buen nombre sea afectado. Esto lo hallamos en Proverbios 17.9: “El que cubre la falta busca amistad, mas el que la divulga aparta al amigo”. Un ejemplo ilustrativo de esta verdad lo hallamos en Génesis 9:20-29. En cierta ocasión Noé, un hombre de Dios, se embriagó. Uno de sus hijos llamado Cam lo vio e inmediatamente salió a divulgar la falta de su padre a sus hermanos Sem y Jafet, pero ¿Qué hicieron ellos? Entraron respetuosamente de espaldas para no ver a su padre ebrio y desnudo y así le cubrieron con la ropa. La descendencia de Cam fue maldita por su actitud. “El que cubre la falta busca amistad, mas el que la divulga aparta al amigo”.
¿QUÉ DEBO HACER CUANDO VEO A MI HERMANO COMETER ALGUNA FALTA, O EN ALGUNA SITUACIÓN IRREGULAR? LA RESPUESTA LA HALLAMOS EN Mateo 18:15-17
“Ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano”. Antes de contarle a alguien lo que fulano hizo es necesario ir directamente al interesado con amor y espíritu de mansedumbre para procurar ayudarle y restaurarle, el murmurar con otros no le va a ayudar. Si la ofensa ha sido contra mí, el motivo es doble para ir y hablar con él antes que con otro. En algunos casos especiales debemos pedir consejo a las autoridades de la iglesia. “si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos”. Si la situación no se pudo resolver, recién entonces particípale a otros hermanos crecidos, de la situación: recordemos que siempre el fin es restaurar al hermano.
Veamos lo que nos dice Gálatas 6.1: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, RESTAURADLE CON ESPÍRITU DE MANSEDUMBRE, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”. Si evidentemente alguien está incurriendo en alguna falta, son personas espirituales las que deben restaurar, debo preguntarme ¿Soy yo espiritual como para ocuparme de las faltas de otros? ¿Tengo un espíritu de mansedumbre? ¿Estoy libre de caer en lo mismo? Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado (Salmo 1:1-2)
Veamos lo que nos dice Gálatas 6.1: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, RESTAURADLE CON ESPÍRITU DE MANSEDUMBRE, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”. Si evidentemente alguien está incurriendo en alguna falta, son personas espirituales las que deben restaurar, debo preguntarme ¿Soy yo espiritual como para ocuparme de las faltas de otros? ¿Tengo un espíritu de mansedumbre? ¿Estoy libre de caer en lo mismo? Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado (Salmo 1:1-2)
Nuestro enemigo: “LA LENGUA”: “Ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal” (Santiago 3.8). Santiago nos habla del mal de hablar lo que no nos conviene. Verdaderamente nuestra lengua tiene que ser sometida a la autoridad del Espíritu Santo.
¡HERMANOS, NO CONFUNDAMOS LA GIMNASIA CON LA MAGNESIA!
DENUNCIA DEL PECADO
Miqueas 3:8 “Pero yo estoy lleno de fuerza del Espíritu del SEÑOR, y de juicio, y de fortaleza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado”.
¿Estaba Miqueas chismeando, murmurando y difamando al Pueblo de Dios?
CONFRONTACIÓN DE NATÁN A DAVID POR ADULTERAR CON BETSABÉ 2 Samuel 12:1-7
Yo pregunto: ¿estaba Natán “tocando al ungido de Dios“? ¿Por qué Natán reprendió el pecado de David? Por qué David no le dijo “¿Y tu quién te crees? ¡El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra! No me juzgues Natán, porque con la misma medida con la que mides, serás medido. ¿Debía callar el profeta Natán? Si así fuera, entonces ¿por qué lo envió Dios a confrontar a David? ¿Por qué se encargó Dios de que este asunto quedara escrito y que cualquiera que abriera la Biblia lo pudiera leer? ¿No debió Dios de guardar la reputación de su siervo amado, y no hacer público su pecado? Si un pastor predica sobre el adulterio de David, ¿está chismeando y difamando a alguien que no está presente? Si un líder o pastor comete fraude, adulterio o cualquier otro pecado, ¿debemos guardar silencio?
Jesús dijo: Mateo 7:15-16 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.
¿Cómo vamos a guardarnos de los falsos profetas, si cuando los descubrimos, guardamos silencio al respecto? Cuando enseñamos a las ovejas que los mormones o los testigos de Jehová son sectas ¿estamos chismeando, calumniando y murmurando? ¿Acaso no hay falsos apóstoles y profetas que han introducido encubiertamente herejías al cristianismo evangélico? ¿Debemos callar con tal de no ser acusados de murmuración?
Ejemplos:
PABLO A TIMOTEO, SOBRE HIMENEO Y ALEJANDRO
1 Timoteo 1:19-20 ¿Pablo chismeó con Timoteo, calumnió y murmuró sobre Himeneo y Alejandro?
¿QUÉ SENTIDO TIENE ENTONCES LA ADVERTENCIA DE JUDAS?
Judas 1:3-4 ¿Era Judas un chismoso, calumniador y murmurador?
PABLO Y DEMÁS
2 Timoteo 4:10 ¿Estaba Pablo chismeando, hablando mal y murmurando de Demas que se había ido al mundo? ¿No estaba más bien afirmando una verdad? ¿No ayudaba esta información a tener cuidado respecto de seguir a Demas o confiar en él?
PABLO Y ALEJANDRO EL CALDERERO
2 Timoteo 4:14-15 ¿Es esto mera murmuración o una advertencia de Pablo a Timoteo para cuidarse de esta persona?
JUAN Y DIÓTREFES.
3 Juan 1:9-11 ¿Estaba Juan hablando mal de Diótrefes, chismeando y murmurando de él, o estaba reprendiendo a este líder abusivo y corrupto?
INFORMAR ¿ES SINÓNIMO DE CHISMEAR Y CALUMNIAR?
1 Corintios 1:11-12 ¿Pablo aceptó el chisme, la calumnia y la murmuración de los de la familia de Cloé?
PABLO Y EL FORNICARIO DE CORINTO
1 Corintios 5:1-11 ¿Estaba Pablo murmurando sobre este vergonzoso pecado? ¿Le gustaba el chisme?
1 Corintios 5:2 Y vosotros estáis envanecidos, y no tuvisteis duelo, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que hizo tal obra. ¿Porqué Pablo fue tan inflexible?
1 Corintios 5:3 Yo ciertamente, como ausente con el cuerpo, mas presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que esto así ha cometido. ¿Pablo juzgando? ¿Por qué? ¡Porque en la iglesia de Cristo debe haber disciplina!
1 Corintios 5:4-5 En el Nombre del Señor nuestro Jesús, [el] Cristo, juntaos vosotros y mi espíritu, con la facultad del Señor nuestro Jesús [el] Cristo, el tal sea entregado a Satanás para muerte de la carne, para que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. ¿Le faltó amor a Pablo en su juicio contra este fornicario? ¿Acaso Pablo no pecaba? ¿Entonces por qué lo juzgó? La propia Escritura nos provee respuestas:
1 Corintios 5:6-11 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poquito de levadura leuda toda la masa? Limpiad pues la vieja levadura, para que seáis nueva masa, como sois sin levadura; porque nuestra Pascua, Cristo, es sacrificada por nosotros. Así que hagamos fiesta, no en la vieja levadura, ni en la levadura de malicia y de maldad, sino en [panes] sin levadura de sinceridad y de verdad. Os he escrito por carta, que no os envolváis con los fornicarios; no del todo con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, [es a saber], que si alguno llamándose hermano fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón, con el tal ni aun comáis.
¿No estaba exagerando Pablo? Evidentemente no, su argumentación sobre cubrir a los falsos hermanos es impecable: ni aún coman con ellos. ¿Y por qué lo haríamos nosotros entonces? ¿Somos más buenos que Dios?
EN CONCLUSIÓN UN LLAMADO A LA CONCIENCIA Y AL PERDÓN
GUARDEMOS LA UNIDAD DEL ESPÍRITU
En Efesios 4:30; nos habla sobre no contristar al Espíritu Santo de Dios, y el contexto del versículo está haciendo referencia a pecados de la lengua, es decir aquellos pecados que se cometen cuando se habla indebidamente. Lo destacable es que el murmurador rompe la unidad del Espíritu que debe reinar en la Iglesia de Dios, y sobre todo no tiene conciencia de cuerpo, y por tal motivo no se siente uno con el hermano. Es imprescindible que el Espíritu Santo nos revele la necesidad de guardar la unidad, de tal manera que nos sintamos mal por cualquier palabra incorrecta que hablemos sobre el hermano.
La vida de Jesús era adoración para Dios. Dios se gozaba en su vida. ¿Se goza Dios con tu vida? ¿Lo que haces o dices es adoración para Dios? Podrás hacer muchas cosas para Dios dentro o fuera de la iglesia, pero si hay pecados ocultos en tu vida, Dios no aceptará lo que hagas, no importa cuánto te esfuerces o pienses o cuánto dinero o tiempo inviertas. Tus motivaciones y tus intenciones deben ser limpias.
La murmuración es un pecado. No hay razón para que forme parte de la vida, menos de la de un creyente. La murmuración, de acuerdo a la experiencia de Israel, les hizo ser una comunidad enferma de amnesia, enferma de miopía y con una gran incredulidad. Pero son tantas las misericordias y provisiones de Dios hacia nosotros, que todo esto debería levantar, en lugar de un espíritu de queja y murmuración, un gran espíritu de alabanza y de regocijo.
Si tú puedes disciplinar tu vida y cerrar tu boca, la justicia de Dios intervendrá y cuando el tiempo malo termine, tú sí podrás hablar y Dios exhibirá su justicia. Existe un tiempo para hablar y un tiempo para callar. En los tiempos malos es necesario callar. La Biblia llama a esta persona, prudente (sabio).
Si se ha dado queja en tu vida, el primer paso es reconocerlo y, posteriormente, arrepentirse. Dedíquese a buscar soluciones creativas a los problemas que enfrentas. En vez de murmurar contra otros, busca siempre formas constructivas de animar y edificar a los demás.
No te amargues por lo que digan los otros de ti. Más bien glorifica a Dios. En 1 Pedro 4,14-16 dice: " Dichosos ustedes, si alguien los insulta por causa de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios está continuamente sobre ustedes. Si alguno de ustedes sufre, que no sea por asesino, ladrón o criminal, ni por meterse en asuntos ajenos. Pero si sufre por ser cristiano, no debe avergonzarse, sino alabar a Dios por llevar ese nombre”.
Si en este momento Dios te ha hablado a través de este mensaje, y sabes que personas sean ofendido por lo que tú has comentado o dicho de ellas, y no importa si es verdad o no, tú no tienes ningún derecho para hablar de la integridad de otra persona, tal vez has hablado de tus pastores, de algún líder. Si Dios te motiva para salir de tu fila e ir hasta donde está esta persona por la que has hablado, y no importa si no se ha dado cuenta, ve y pídele perdón, eso te traerá liberación, sanidad espiritual, prosperidad, y al final de tus días la vida eterna. O tal vez tú has sido objeto de murmuración y has dicho, a esa persona no la perdono, fue tanto el daño que me hizo, que creo que ni Dios pueda perdonarla (o) “Pedro pregunto un día al señor ¿cuántas veces debo perdonar a mí hermano que peque contra mi hasta siete?, no te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.
Pide perdón y Perdona de corazón. Amén.