Un amor de fe y confianza


Esta es una mitología de la época antes de la colonización en América, en las civilizaciones de esa era, allí existían tribus que tenían muchas costumbres y culturas autóctonas.


Esta era una vez un príncipe de una tribu que era joven, fuerte y valiente, de gran tribu entre las tantas que estaban unidas en los cercanos territorios. 

Un día estaba cazando y de pronto se encontró con otro indio de la comarca cercana y pues se acercaron a ver que interés podrían existir entre ambos, si de batalla o de compartir referente a las cacerías, la cosa fue de entendimiento y el indio invito al príncipe a su aldea y este acepto, allí fueron y llegaron, obvio, este asombrado porque nunca había vivido una experiencia de salir de sus territorios, ese día prepararon un recibimiento para el, por costumbres que allí se ofrecían a nuevos visitantes, no era muy fastuoso pero no se dejaba pasar esos festejos. 

Allí en la reunión entre tanta gente conoció a una bellísima princesa india, su asombro fue mayor porque no era solo la experiencia nueva de estar en otros sitios si no descubrir semejante belleza de ser, y que le hiciera sentir sentimientos y emociones totalmente diferentes a los siempre vivido.

Las miradas fueron muy profundas, las imaginaciones sin limites, los sentimientos al borde.

Luego de la reunión partió este príncipe a su territorio pero se fue lógicamente marcado en su mente de aquellos ojos claros de aquella doncella india que en todo su ser había estado, desde la mente hasta los pies. Luego del pasar del tiempo, el príncipe indio estuvo pensando mucho en aquella princesa, tuvo que tomar la decisión de ir a la aldea para poder así buscar la manera de relacionarse con ella, se preparó y marchó hasta el sitio con un fin que era verla y darle pleitesías con ofrendas al Cacique de la tribu. Llegó al sitio y fue recibido bien, siempre con desconfianza, todo fue normal, siempre sabiendo manejar la situación, y vio que su amada estaba allí, nunca partió a otro sitio, ella siempre presentía que volvería, aquellas miradas no eran en vano, cuando llega la noche por fin el tuvo la oportunidad en una ceremonia de acercarse, y se dio lo que se tenia que dar, fueron uno para el otro en amor, sentimientos y en que se sintieron que eran el uno para el otro.

Al amanecer para no complicar las cosas, le tocaba partir al príncipe, y la princesa estaba muy triste de saber que otra vez tendría que estar un tiempo sin estar con su amado, ellos se juraron amor antes de partir y que el estaría cerca, pero tenia que ser ocultos porque tenían que esperar un tiempo y ver como entenderse con el Cacique y su familia ya que no era de su tribu y era muy complicado eso.

Pasaron tiempos que el amor estuvo presente ante tantas responsabilidades del príncipe porque el tenia que velar por que su tribu tuviera para alimentarse, y otras adversidades y puesto a esta situación el príncipe tenia que ver como hacia para ver a su amada y cumplir con su responsabilidades. Pudo mas la confianza de ser capaz y el amor que los líos que podían presentarse, y mientras estaba en sus cosas también estaba buscando el tiempo de encontrase en un sitio hermoso, escondido que nadie sabia, era un sitio muy selvático, había mucha humedad, y había una cascada pequeña con un río, allí ellos podían verse y así darse riendas sueltas a su amor sin frenos hasta no poder.

Esto llego a un momento que no se podía porque habían situaciones que complicaban, y el príncipe sufría y ella también, por lo tanto el tuvo que tomar la decisión de visitar otra vez a la tribu de su amada y reunirse con el Cacique y arreglar la situación, y era tanto el amor que sentía que nunca existió temor alguno.

Pasaron toda noche reunidos en el refugio del Cacique, y al amanecer salieron del sitio.

El se acercó a su amada y le dijo…

¡Ya hable!

Y quede en que tenia que cumplir uno de tres pasos o pruebas para obtenerte.

Pero yo no puedo decidir esto solo porque tu y yo somos dos para todas las cosas, si yo decido seré yo el que lo afronte pero siento que nuestro amor es mayor si nos sumamos.

Primero antes que todo tengo que pedirte a tus padres y hacer lo que ellos me exijan.

El Cacique y tu familia me dijeron fue esto:

Primero tendría que librar una travesía hasta la cúspide de la montaña del monte y traer hojas de un árbol que solo en ese sitio se encuentra, y volver y traerlas.

Segundo sacrificar mi nobleza y abandonar mi tribu dejando a un lado mis responsabilidades.

Y tercero es pagar un alto precio en valores para obtenerte.

Ella le respondió…

Yo no quiero que vayas a esa travesía amado mío, porque muchos han muerto por fieras, y nunca han regresado y mi amor es tan profundo que morirá al saber que nunca volverás a mi lado.

Y también que conozco lo responsable y maravilloso que has sido con tu pueblo y pues dejar a un lado tantos esfuerzos, tantas luchas por mi no tendría sentido, porque tu tienes tu vida el cual yo formo parte, somos muchas partes en ella y dejar una por otra no seria bueno tienes que luchar por todas a las vez.

Amado mío cede todas tus pertenencias a este pueblo por mi, porque juntos nos queda mucho tiempo por luchar y lograr recuperar todo lo que distes de valor, la vida se lleva con el alma, el cuerpo queda y las cosas también, nosotros nos pertenecemos, nuestras almas son gemelas.

El príncipe dijo…

Bueno amada mía no hablemos mas, estoy de acuerdo en tu sabias palabras, por eso pienso que juntos seremos dichosos y alcanzaremos mucho en la vida.

Ellos dieron todas sus pertenencias, siguieron todos los pasos hasta alcanzar su unión y empezaron a vivir una vida maravillosa.

Pudo más la fe, pensamientos, confianza, sentimientos y la unión del amor entre ellos que todo lo malo, adversidades que pueden existir en la vida.

MICHAEL LUZARDO SULBARÁN

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