De lo que leí referente a Moisés, en cuanto a la responsabilidad que Dios le dió de sacar al pueblo de Israel de la explotación y humillación del Faraón de Egipto, una de las cosas que influyó, fue que Moisés nunca fue esclavo; un esclavo era un hombre o mujer que solo se limitaba a obedecer por miedo, nunca tenia día de descanso y nunca alguna opinión, por tanto esas personas no poseían ningún conocimiento, solo del trabajo que le era asignado hasta que falleciera. Pienso que cuando Egipto padeció aquellas plagas y que el Faraón aceptó la salida de los Israelitas de sus tierras, Moisés tuvo un compromiso gigantesco, porque llevaba un pueblo subordinado, no contaba con ninguna sabiduría, sentido de pensamiento y defensa porque el Faraón le daba techo y alimentos cuando tocaba, por lo tanto ellos siempre fueron dependientes. Moisés fue un hombre de Dios muy valiente y fiel ante esta situación, aguantó muchas rabias, murmuraciones e infidelidades de este pueblo, pero a pesar de tantos años que fueron peregrinando y aguantando, el Señor nunca los desamparó, les dio sombra ante el sol del desierto, les dio Maná para alimentarlos, los guardó de todo peligro hasta llegar a la Tierra Prometida; pude ver y analizar que el hombre en sí es de casi imposible convencimiento y olvida rápido, que a pesar de todo milagro a los ojos no se convence, y me dije “carai que tercos son estos israelitas”, es que eran gente ignorantes y dependientes, a pesar de que eran tremendos trabajadores de la construcción y otras actividades en las que se destacaban. En Egipto se ven todavía obras levantadas, me parece que Dios hizo que esto sucediera para que en el pasar de las generaciones en la transferencia de conocimientos de enseñanzas que Dios dejó a Moisés y a su hermano Aarón, este pueblo fuera sabio hoy, dejando atrás aquel vacio de conocimientos y malas experiencias, gracias a tantos hechos y siglos este pueblo se ha levantado y fortalecido siempre con la presencia de Dios, con solo “La Guerra de los Seis Días” para lograr el territorio de la actual Israel es bastante que mostrar testimonio. Hoy vuelven muchos Israelitas a su tierra, La Tierra Prometida.
Concluyo diciendo que hasta las cosas malas, los momentos negativos, los resultados no deseados son ganancias que Dios nos brinda, así en el momento no lo aceptemos, pero en el tiempo nos fijaremos que si es cierto.
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