Del griego mitos, mentira, y manía, modismo. Se define mitomanía como el trastorno psicológico consistente en mentir patológica y continuamente falseando la realidad y haciéndola más soportable; el mitómano sublima su impulso transformándolo en arte. El dramaturgo español Juan Ruiz de Alarcón expuso un modelo de esta patología en su obra La verdad sospechosa. Tendencia morbosa a desfigurar, engrandeciendo la realidad de lo que se dice.
Con frecuencia, el enfermo, de carácter más bien paranoide, desfigura mentirosamente la propia idea que tiene de sí mismo, magnificándola (delirio de grandeza) o simplemente disfrazando unos humildes orígenes con mentiras de todo tipo, de forma que llega realmente a creerse su propia historia y se establece una gran distancia entre la imagen que tiene la persona de sí mismo y la imagen real. Muchos famosos (cantantes de rock, celebridades de diez minutos, etc.) han padecido esta dicotomía.
Si bien la mentira puede ser útil y es un comportamiento social frecuente, el mitómano se caracteriza por recurrir a esta conducta continuamente sin valorar las consecuencias, con tal de maquillar una realidad que considera inaceptable urdiendo todo tipo de sistemas delirantes. Esta característica está asociada a trastornos de personalidad graves y se puede relacionar con dos tipos de caracteres: por un lado, los necesitados de estimación, y por otro, los que sufren un trastorno de personalidad hipertímica, es decir, las personas que tienen un ánimo muy elevado (superficiales, frívolos, impacientes).
Trastornos de personalidad
Esto forma parte de las características de los mitómanos, son manipuladores, convencen y suenan creíbles. En el fondo sufren de frustración, son egoístas y narcisos, no tienen control de sus impulsos y pueden presentar adicciones (sexo, juego, drogas). En casos severos, pueden tener problemas legales, de suicidio y rompimientos familiares (separación, divorcio de su pareja, aislamiento de sus hijos) debido al sentimiento de fracaso.
"A veces tienen rasgos considerados trastornos de personalidad, que los llevan a meterse en otros problemas. Tienen conductas un poco extremas o de riesgo, o pueden incluso ser ladrones", afirma la psiquiatra Vicky Carrascal.
Por lo general, este problema comienza en la infancia y se denota con inseguridad frente a los compañeros del colegio. Las mentiras son un medio para poder pertenecer a un determinado grupo social.
"Los papás deben preocuparse cuando las mentiras son frecuentes, especialmente cuando son de tipo utilitario, pues en grados avanzados pueden ir acompañadas de agresividad y de otras conductas como el hurto o la piromanía", dice Álvaro Franco, psiquiatra infantil y de adolescentes.
Antes de que sea tarde
"No es fácil que los mitómanos reconozcan su condición, pero una vez se da ese paso es posible ayudarles con terapias para descubrir lo que les sucede. En algunos casos es necesario que tomen medicamentos", dice la psiquiatra Vicky Carrascal.
Son los familiares quienes acuden primero a los médicos en busca de una pista sobre cómo lidiar con la mitomanía de sus allegados. Ellos deben seguir un proceso de reconciliación, pues la confianza se ha roto. Las terapias ayudan a los familiares a volver a creer en la persona y a entender su problema, de manera que puedan convertirse en apoyo durante el proceso de recuperación.
Por eso, a quienes viven con un mentiroso compulsivo, algunos expertos les recomiendan confrontarlo y cerrarle el paso para evitar que esa mitomanía crezca como una bola de nieve.
La mitomanía no es una enfermedad hereditaria, pero sí se puede aprender.
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