Estuve sentado en una oportunidad, en la entrada de un enorme patio de un colegio Salesiano en Caracas, y al llegar un horario bien empezado de la tarde de pronto llegó un sin fin de muchachos adolescentes, a disfrutar de un rato para compartir y practicar deportes. Unos practicaban Basquetbol, al fondo vi unos Voleibol, cercanos a mi unos jugaban Ping Pong, y me llamó más la atención los que jugaban Futbolito o fútbol de salón, porque noté que se esforzaban y que cada uno tenía calzados profesionales de ese deporte, hacían buenas jugadas, ese deporte es rápido porque hay que correr, no quitarle la mirada al balón y se dificulta subir la cabeza para ver a quien pasar el balón y por lo tanto algo complicado.
También vi a otros chicos que no eran entusiastas del deporte y solo se reunían a echar bromas, total me pareció bueno esta oportunidad de unión sana entre jóvenes, al final del tiempo que dan permiso de fin de semana, se reunieron en círculo a hacer una oración que en realidad no alcance a escuchar. De todo esto en mi mente tuve una lucha de volver a recordar muchos años atrás en mi época del liceo, sentí que los recuerdos desaparecen, recordé a mis abuelos y tíos que me burlaba de ellos porque olvidaban situaciones, nombres y demás, que eso para mí era absurdo. Es lógico que ya soy muy adulto y que el tiempo no perdona, pero todavía a pesar de mi edad descubro él porque me decían tanto aquellos consejos. Quiero transmitir que la vida es un ratico, ayer jugaba en un enorme patio en un liceo con unos buenísimos amigos, que compartí con ellos 5 buenos años de mi vida, siento que son mis hermanos y que cada quien siguió su camino ante la vida que Dios nos dio, de allí en adelante unos surgieron otros no, hemos cambiado físicamente, somos diferente, porque hemos vivido muchas experiencias.
“Dios perdona pero el tiempo no”, pensé sentado frente a aquel patio, “que hoy estoy sentado aquí mañana quien sabe”, es como hoy estoy sentado aquí y en la noche tomo un avión y al otro día estoy con una amiga tomando un café en Buenos Aires, ayer tenía cabello y muchas energías, hoy es diferente al pasar el tiempo, soy calvo y el cuerpo no es el mismo, se degenera y es natural. La vida que Dios nos dio es un tesoro que hay que aprovechar y disfrutar, muchos piensan que bebiendo, parrandeando y otras que a la larga corta tu tiempo de vida, porque si la tienes, vives en tu país y meditas cuantas cosas y momentos que podrías hacer y hasta aprender, uff la disfrutaras al máximo, pero como podríamos lograrlo? Pienso que esto empezaría con la formación y orientación de los padres hacia sus hijos, porque si ellos pensaran así, hoy fuéramos todos mejores, no dejarles a voluntad o a la deriva las decisiones de cada hijo, porque a la larga ambos se arrepentirán y como dije antes “el tiempo no perdona”.
En la vida cuando nacemos necesitamos cuido hasta los 25 años de edad, sobrellevar a nuestra descendencia, para que así cuando no estemos ellos recuerden, sigan los valores que le dimos y así no vayan a errar o pasar por lo que nosotros vivimos y sufrimos; al llegar a la adolescencia es una etapa de rebeldía y mucha energía el cual debemos pensar cómo combatir, porque a veces el trabajo, el tiempo, el cansancio nos gana la batalla y descuidamos a nuestros muchachos, eso es fatal así que hay que reprender eso y darle tiempo diario a ellos y se lograría una amistad y confianza en el núcleo familiar. Si estamos mal busquemos de Dios que allí esta toda sabiduría, porque hay padres que siguen la misma cultura desde hace generaciones de la parranda y el descuido, hay que buscar un futuro estable para nuestra familia, el dejarlos solos traerían consecuencias como falta de valores y delincuencia, el tener a Dios, el leer la Biblia para encontrar respuestas de interrogantes que perturban nuestra paz, de seguro en el Antiguo o Nuevo Testamento encontraremos soluciones a nuestros problemas.
Hay que estar pendiente de nuestros hijos en todo, no quiero decir de complacerlos y darle todo lo que pidan, por el contrario darles valores de ver que cada billete que gastas en él o ella, cuesta conseguirlo y eso trae esfuerzos, estudios, preparación, luchas por montar una empresa o conseguir empleo, que ellos son ajenos a esto porque solo ven sacar el billete de la cartera de su padre o madre nada mas, no tienen conciencia y por su adolescencia e inmadurez no imaginan que en unos años ellos estarán como nosotros sus padres, entiendo que sería precoz, pero entonces inculquemos que tienen que preparase para la vida, que tanto fuerte y difícil esta cada día, el conseguir un hogar, un techo, un vehículo, estabilidad.
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