En
el libro de 2da Corintios 5:21, dice “Al
que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que por nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en él”.
En
primer lugar observemos lo que se dice acerca del que murió en la cruz, es a
saber Jesucristo el Hijo de Dios. “No conoció Pecado”, que palabras tan
serias y de la mayor importancia, el que
murió de la manera más vil en la cruz del calvario, jamás cometió pecado, en el
no había pecado.
“Porque tal sumo sacerdote nos convenía:
santo inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los
mismos cielos” Hebreos 7:26. ¡Qué descripción tan clara y
maravillosa de la santidad y pureza del Señor Jesucristo!
Pero
a pesar de que en él no habitaba el pecado, ni de pensamiento ni de palabra, ni
de obra, Jesucristo murió en la cruz.
Entonces
sinó era pecador ¿Quién permitió que se le tratara así? Nuestro texto dice: “Por nosotros lo hizo pecado”.
Si
querido amigo, aunque te parezca sorprendente e increíble, Dios el Padre entregó
a su Hijo amado en manos de los pecadores. “Con
todo eso (nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca), Jehová quiso
quebrantarlo, sujetándole a padecimiento” Isaías 53:10. Dios el Padre
permitió qué su Hijo unigénito fuera tratado como un criminal, como si fuera el
más grande y espantoso de los pecadores. ¿Con qué propósito hizo Dios eso con
su Hijo? “Para que nosotros fuéramos
hechos justicia de Dios en él”.
Amigo,
Dios trató a su Hijo en la cruz como un injusto, con el noble propósito de
poder tratarnos a nosotros como si fuéramos justos.
Si amigo
lector, Jesucristo murió en nuestro lugar, murió por nosotros, nos sustituyó en
la cruz, sufrió nuestra pena, nuestro dolor, nuestra condenación, nuestro
tormento. ¡Murió por nuestras culpas y pecados! Dios juzgó y condenó al pecado
en la persona de su Hijo, hizo juicio contra el pecado sin castigar los
pecadores, Jesucristo llevó el castigo que merecíamos. Ahora si tú te
arrepientes, Dios te tratará como un justo e inocente, porque Jesucristo murió
en tu lugar.
Amigos
míos, arrepentíos y creed en lo que Dios hizo en la cruz del calvario a través de
su Hijo amado. Dios te bendiga y te salve.
Autor: Ronny
Morillo
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