La nacionalidad o ciudadanía viene siendo la expresión de
pertenencia que una persona tiene hacia una sociedad determinada en la que
participan. En la tradición occidental “el ciudadano es un conjunto de
atributos legales y a la vez un miembro de la comunidad política” como explica
Isidore Cheresky. Hasta hace poco, ¿cuándo? la influencia del derecho
administrativo determinó el concepto de ciudadanía. Sin embargo, junto con los
cambios de las dinámicas sociales se sobrevino la reorientación del concepto de
ciudadanía, remontándose a modelos anteriores. Haber retomado modelos
anteriores de la ciudadanía, donde la definición se paseaba por un vínculo
político, es entender al ciudadano "por ser miembro de la comunidad
política; el vínculo por la palabra y por la acción arrancaba a los individuos
del dominio de las tareas privadas… La ciudadanía era en este sentido una
actividad pública que tenía valor en sí misma y era considerada incluso como la
vida buena por oposición a la simplemente orientada a la satisfacción de
necesidades”.
Ser ciudadano es tener desarrollado el sentido de
identidad y pertenencia en el lugar donde se interactúa socialmente en el
hábitat donde se desenvuelven los individuos con responsabilidad, derechos y
obligaciones. En el Consejo Europeo se es cada vez más consciente de que
términos como “ciudadano” y “ciudadanía” no son estables ni admiten una
definición única. El término ciudadano puede definirse en términos generales
como “una persona que co-existe en una sociedad”. Esto no significa que la idea
de ciudadano en relación con el Estado Nación ya no es pertinente o aplicable,
sino que, como el Estado Nación ha dejado de ser el único centro de autoridad,
ha tenido que darse una definición más general del concepto.
Este concepto más extenso de ciudadano y ciudadanía
ofrece un posible nuevo modelo para analizar cómo vivimos juntos. Se trata, por
tanto, de traspasar los límites de la noción de “Estado Nación” y de adoptar la
de comunidad, que engloba el marco local, nacional, regional e internacional en
el que viven las personas. Durante mucho tiempo se practico lo que se llama
voto censitario, que quiere decir que hay una selección para determinar quienes
tienen el derecho al voto, según sus riquezas y su posición social. (Las
mujeres debieron esperar mucho para ser ciudadanas es decir para poder votar).
CRITERIOS DETERMINANTES DE LA NACIONALIDAD
Existen dos criterios para determinar la nacionalidad, de
acuerdo al derecho que se tiene por nacer en un determinado país o por los
lazos de consanguinidad.
Así encontramos el "jus soli" y el "jus
sanguinis".
"JUS" llamase así, en la antigua Roma, al
derecho creado por los hombres, en oposición al Fas o derecho Sagrado.
Es el Derecho del suelo en que se nace. La nacionalidad y
el Derecho de una persona se rigen por la legislación del país donde ha nacido.
Sin perjuicio del derecho de opción de nacionalidad que puede corresponderle al
llegar a una determinada edad. En consecuencia es nacional de un estado quien
nace en el Territorio del estado y por consiguiente igualmente quien nace en
buques o aeronaves del Pabellón del Estado, fuere del espacio marítimo, aéreo o
terrestre de otro Estado, en virtud al principio o ficción de la
extraterritorialidad.
Sistema de origen feudal ya que en la Edad Media, la
riqueza estaba constituida en bienes inmobiliarios y el hombre se consideraba
vinculado a la tierra, por tanto la nacionalidad se atribuye al lugar de
nacimiento. Los países latinoamericanos lo aplicaron desde su independencia
para favorecer la corriente inmigratoria y para resolver el problema de
desolación, en su intento por incorporar los hijos de inmigrantes que nacían
bajo su jurisdicción. Puede ser absoluto o restringido, o sea limitado.
Es el criterio de imponer la nacionalidad automáticamente
y sin excepción a quienes nazcan en su territorio, no toma en cuenta los
vínculos de sangre. Se critica porque se afirma que imponer imperativamente la
nacionalidad a personas que accidentalmente puedan haber nacido en el
territorio de un estado, sin tomar en cuenta la vinculación patriótica y
espiritual con ese estado. Este criterio se establece aun naciendo en forma
accidental en algún Estado, sin que lo una ningún vínculo, ni se radique en él.
Impone la nacionalidad a quienes nacen en territorio de
un estado, pero previo a algunos requisitos como sería residencia,
manifestación de voluntad expresa, optar por la nacionalidad del Estado o por
la extranjera de sus padres al cumplir la mayoría de edad. Algunos países han
establecido en sus legislaciones excepciones en relación a la atribución de jus
soli con respecto de la nacionalidad de hijos extranjeros de diplomáticos, que
no están residenciados o domiciliados en el Estado, hijos que automáticamente
no gozan de la nacionalidad a menos que al llegar a la mayoría se acojan a la
nacionalidad del lugar de su nacimiento.
Es el derecho de la sangre, por tanto que esta expresión
latina da a entender que la nacionalidad y los derechos de una persona se rigen
por la legislación de su patria familiar de origen, es decir, por la sangre aun
cuando ésta no sea originaria. En este sentido los hijos que nacen en el
extranjero mantiene la nacionalidad de sus padres; esto sin perjuicio del
Derecho de opción de otra nacionalidad, que pueda corresponderle al llegar a
una determinada edad.
Proviene de la antigua Roma, donde eran ciudadanos
romanos los hijos de padres romanos. Los países del Continente Europeo lo
introdujeron en el Código de Napoleón, siempre bajo la idea que el hijo de un
nacional debía estar bajo el dominio perpetuo y exclusivo del Estado. Las
legislaciones modernas, confieren la nacionalidad al hijo aunque ambos padres o
uno de ellos goce la nacionalidad originaria o adquirida.
El jus sanguinis comporta complicaciones en su
interpretación, por cuanto el hijo de quien se trate la nacionalidad, puede
tener a su vez padres de diferentes nacionalidades o ser hijos de padres
legalmente desconocidos, además puede ser nacionalizado por otro Estado a
través del jus soli. En este sentido los Estados pueden admitir en sus
legislaciones, la modalidad de conceder el jus sanguinis con respecto al hijo,
sólo mientras éste permanece en su minoría de edad, previendo la posibilidad de
que el interesado al cumplir la mayoría de edad, previendo la posibilidad de
que el interesado al cumplir la mayoría de edad, puede optar bien por la
nacionalidad del padre o la de la madre, estableciéndose muchas veces que pueda
tener nacionalidad del "jus sanguinis"
Aplicación conjunta del "jus sanguinis" y
"jus soli". Nuestra Constitución acoge el sistema mixto. Además en la
exposición de motivos de nuestra Constitución se establece que "Se
mantienen los criterios atributivos de la nacionalidad originaria propios de la
tendencia constitucional venezolana marcada por la presencia del ius soli
absoluto y el ius sanguinis".
Es indudable- nos dice Niboyet- que: "en un Estado,
la raza debiera constituir el fundamento del vínculo político de la
nacionalidad, el medio para unirse a un Estado". El vínculo de sangre es,
en efecto, el que mejor manifiesta la voluntad de los interesados, mientras no
hayan pruebas en contrario; en el seno de una familia, el vínculo de sangre
contribuye al mantenimiento de una nacionalidad uniforme, lo cual asegura la
unidad moral y simplifica numerosos problemas; pero a su vez sería demasiado
peligroso.
Si un país que reciba una numerosa inmigración
extranjera, no adoptase las necesarias precauciones, llegaría rápidamente a ser
víctima de la absorción por parte de corrientes inmigratorias exóticas. En
efecto, con el jus sanguinis, la población en América del Norte y del Sur,
hubiese llegado rápidamente a estar constituida por una mayoría de extranjeros,
pues en virtud de dicho principio, los descendientes de esos inmigrantes,
hubiesen conservado su nacionalidad de origen y el peligro sería irremediable.
En realidad hay mucho de verdad y de exageración en los
dos sistemas. En efecto, el jus soli, lo mismo que el jus sanguinis, pueden
proporcionar a un país, excelentes o detestables ciudadanos. Existen individuos
nacidos en el extranjero de padres venezolanos y en cuyas familias se mantiene
en toda su integridad el culto a Venezuela, y lo mismo sucede con todos los países.
Evidentemente, el ideal sería no tener más que nacionales de sangre y de
mentalidad esencialmente nacional; pero no es posible desconocer que muchos
hijos, educados fuera de Venezuela, pueden perder todo sentimiento nacional si
éste ya no existe en su propia familia, y que por lo tanto, no serán más que
nacionales de escaso valor.
Es evidente, por otra parte, que ciertos hijos, nacidos
de padres extranjeros, puedan ser perfectos nacionales del país de su
nacimiento a consecuencia de la educación recibida y del medio ambiente donde
ha crecido, como sucedió con muchos héroes de nuestra independencia. Por el
contrario, otros individuos, nacidos igualmente de padres extranjeros conservan
sus sentimientos familiares, si así lo han querido sus padres. Por eso el
problema del jus soli y del jus sanguinis, no puede solucionarse de una manera
absoluta, ya que es más de orden político que de orden étnico y aún, adoptando
el sistema mixto, siempre surgirán problemas.
Es la nacionalidad que se produce en razón del nacimiento
de una persona, que da origen a múltiples consecuencias jurídicas, vinculadas
por supuesto al lugar "jus soli" y al "jus sanguinis".
En la exposición de motivos de nuestra Constitución
establece. "En esta materia destaca que siendo la nacionalidad venezolana
por nacimiento un derecho inherente a la persona humana, no podrá privarse de
ella a quienes conforme a la Constitución, cumplieren los requisitos para
obtenerla"…
El artículo 32 C.R.B.V. Establece los supuestos de
venezolanos por nacimiento, lo que implica la nacionalidad venezolana
originaria de la siguiente forma:
Toda persona nacida en territorio de la República.
(Criterio del jus soli absoluto)
Toda persona nacida en territorio extranjero, hijo o hija
de padre venezolano y madre venezolana por nacimiento. (Criterio del jus
sanguinis absoluto).
Toda persona nacida en territorio extranjero, hijo o hija
de padre venezolano por nacimiento o madre venezolana por nacimiento, siempre
que establezcan su residencia en el territorio de la República o declaren su
voluntad de acogerse a la nacionalidad venezolana. (Criterio del jus sanguinis
relativo)
Toda persona nacida en territorio extranjero de padre
venezolano por naturalización o madre venezolana por naturalización siempre que
antes de cumplir dieciocho años de edad, establezca su residencia en el
territorio de la República y antes de cumplir veinticinco años de edad declare
su voluntad de acogerse a la nacionalidad venezolana. (Criterio del jus
sanguinis relativo).
Este artículo se repite textualmente en el artículo 9 de
la Ley de Nacionalidad y Ciudadanía; y de su texto se deduce la permanencia del
elemento del jus soli absoluto, en el sentido de que basta con nacer en el
territorio nacional, así sea por accidente y sin que se establezca jamás algún
vínculo con la Nación, para ser venezolano por nacimiento". Pero no se
tomaron en cuenta los problemas migratorios de latinoamericanos indocumentados.
Por otra parte, también permanece el carácter absoluto
del jus sanguinis en cuanto a los hijos de padre y madre venezolanos por
nacimiento nacidos en el extranjero, que son venezolanos por nacimiento, así no
establezcan jamás vínculo alguno con el territorio nacional o la Nación.
En cuanto a los hijos de padre o madre venezolano por
nacimiento o naturalización nacidos en territorio extranjero, el artículo 10 de
la Ley de Nacionalidad y Ciudadanía dispone que la declaración de voluntad de
acogerse a la nacionalidad venezolana que deben formular, la deben hacer
conforme con lo dispuesto en el reglamento de la Ley, la cual se debe inscribir
en el Registro Civil de la jurisdicción del último domicilio de sus padres en
el territorio de la República.
En relación con el concepto de residencia que se utiliza
en la norma, el artículo 48 de la LNC lo define como "la estadía de una
persona que se ha establecido en el territorio de la República, con ánimo de
permanecer en él.
NACIONALIDAD ADQUIRIDA
Acto jurídico mediante el cual un estado determinado
acepta la voluntad de un extranjero de cambiar su nacionalidad por la del país
en el que reside. Siendo éste un derecho adquirido por el reconocimiento de la
Declaración de los Derechos del Hombre, ya que la voluntad no puede imponerse y
el hecho de adquirir una nacionalidad al nacer no quiere decir que ésta
acompañe a una persona hasta su muerte. En consecuencia puede manifestar su
voluntad de acogerse a otra nacionalidad y por otro lado es un acto de imperio
por parte del estado soberano que la otorga, puede ser graciosa o por beneficio
de la ley.
En la graciosa, el Estado se reserva la capacidad de
conceder la naturalización o de rechazar la solicitud de naturalización hecha
por un extranjero. La decisión del estado al negar la naturalización graciosa,
no acepta recurso alguno.
Por beneficio de ley. La Constitución establece algunas
normas mediante las cuales si un extranjero, se encuentra en algún supuesto y
manifiesta su voluntad de ser nacional de ese país, no se la pueden negar. El
Estado está obligado a conceder la naturalización siempre que existan pruebas
de cumplir con los requisitos legales, es decir, que se dan los supuestos de
derechos establecidos.
En esta forma, el artículo 33 establece quienes son los
venezolanos por naturalización, de la manera siguiente:
1. Los extranjeros o extranjeras que obtengan carta de
naturaleza. A tal fin deberán tener domicilio en Venezuela con residencia
ininterrumpida de, por lo menos, diez años, inmediatamente anteriores a la
fecha de la respectiva solicitud.
2. El tiempo de residencia se reducirá a cinco años en el
caso de aquellos y aquellas que tuvieren la nacionalidad originaria de España,
Portugal, Italia, países latinoamericanos y del Caribe.
3. Los extranjeros o extranjeras que contraigan
matrimonio con venezolano o venezolana desde que declaren su voluntad de serlo,
transcurridos por lo menos cinco años a partir de la fecha del matrimonio.
4. Los extranjeros o extranjeras menores de edad para la
fecha de la nacionalización del padre o de la madre que ejerza sobre ellos la
patria potestad, siempre que declaren su voluntad de ser venezolanos o
Venezolanas antes de cumplir los veintiún años de edad y hayan residido en
Venezuela, ininterrumpidamente, durante los cinco años anteriores a dicha
declaración.
Este artículo se repite casi textualmente en el artículo
21 de la Ley de Nacionalidad y Ciudadanía, con el sólo agregado al final de que
"la declaración de voluntad, prevista en este artículo, se hará de
conformidad con lo dispuesto en el Reglamento de esta Ley".
Para obtener la carta de naturaleza se deben cumplir
entre otros con los siguientes requisitos:
Tener pasaporte vigente.
Hacer la manifestación de voluntad solicitando la
naturalización.
Tener cédula de identidad venezolana vigente.
Tener constancia de domicilio en el País.
Estar residenciado en el País por más de diez años.
Tener constancia de buena conducta expedida por dos
personas de honorabilidad.
Tener certificación de antecedentes Policiales expedida
por las autoridades del País.
Constancia de ejercicio de acciones lícitas en el País,
comprobando que goza de medios de vivir modestamente.
En resumen debe reunir condiciones morales, de salud, de
profesión o trabajo honesto y de permanencia.
CIRCUNSTANCIAS FAVORABLES PARA OBTENER LA NACIONALIDAD
Además de las establecidas en la Constitución, ya
señaladas, se consideran circunstancias favorables, poseer bienes inmuebles en
el País, esto quiere decir tener solvencia económica, como sería ser
propietarios de empresas bien sean, comerciales, industriales, agrícolas,
pecuarias o de reconocida solvencia; tener hijos venezolanos bajo su potestad;
prestar servicios importantes a Venezuela o a la humanidad; realizar servicios
técnicos de reconocida utilidad pública; haber tenido una larga residencia en
el País; haber realizado estudios universitarios en Venezuela; ser un destacado
científico, artista o escultor.
PÉRDIDA DE LA NACIONALIDAD
-Pérdida de la nacionalidad originaria: se produce por la
efectiva adquisición de una nacionalidad extranjera teniendo ello efecto
fundamental, en virtud de la voluntad del sujeto.
-Pérdida de la nacionalidad adquirida: se produce cuando
un individuo adquiere una nueva nacionalidad, en renuncia de otra nacionalidad
adquirida, que antes tenía. Depende de la voluntad del sujeto y el acto de
soberanía del Estado que la concede, sin la previa autorización del país que
abandona. También surge por la opción entre dos nacionalidades, como es el caso
de escoger entre la del lugar del nacimiento o la de sus padres. Se pierde por
revocación del Estado que concedió la nacionalidad a una persona. En algunos
Estados la mujer perdía su nacionalidad al casarse con un extranjero, criterio
éste modificado en legislaciones contemporáneas, por cuanto se admite el
predominio de la voluntad de la mujer a conservar su propia nacionalidad.
-En nuestra legislación Venezolana el artículo 34
C.R.B.V.; establece el principio de la doble nacionalidad al establecer que
"La nacionalidad venezolana no se pierde al optar o adquirir otra
nacionalidad". Cambiando así el régimen el anterior, en el cual la
constitución de 1961, decía que la nacionalidad venezolana se perdía por opción
o adquisición voluntaria de otra nacionalidad, se restringe en cuanto al
ejercicio de ciertos cargos públicos, (Artículo 41 C.R.B.V). Sobre este
particular la exposición de motivos de nuestra Constitución Nacional establece:
"Por otra parte siguiendo las orientaciones de los ordenamientos
constitucionales contemporáneos, se admite la doble nacionalidad y el carácter
renunciable de la nacionalidad venezolana, todo ello con el objeto de facilitar
a la república la suscripción de tratados internacionales en la materia"…
Al igual que para el Estado venezolano otorgue carta de
naturaleza a un extranjero, no puede exigirse que renuncie a su nacionalidad de
origen.
En cuanto a la pérdida de nacionalidad por acto
voluntario de la persona, no puede admitirse que los venezolanos, puedan ser
privados de sui nacionalidad originaria. El artículo 35 C.R.B.V, establece: Los
venezolanos y venezolanas por nacimiento no podrán ser privados o privadas de
su nacionalidad". Por tanto no puede el Estado revocar la nacionalidad a
venezolanos por nacimiento.
En cuanto a la nacionalidad venezolana por
naturalización, dice el mismo artículo, que sí puede ser revocada, pero solo
mediante sentencia judicial, de acuerdo a la Ley, excluyéndose así la
revocación de una Carta de Naturalización por un acto administrativo o de
Gobierno, quedando única y exclusivamente, esta potestad al poder Judicial.
También de acuerdo al artículo 36 C.R.B.V. "Se puede
renunciar a la nacionalidad venezolana", tanto por nacimiento, como por
naturalización.
De acuerdo a la Ley de Naturalización los venezolanos por
naturalización pueden perderla, cuando entre otras causas, en el exterior
sirvan contra Venezuela; si efectúan actos contrarios a la integridad de la
Nación, si incitan al menosprecio o desacato de las instituciones y las leyes;
cuando la nacionalidad fue adquirida mediante fraude.
RECUPERACIÓN DE LA NACIONALIDAD.
La recuperación de la nacionalidad, está sometida a ciertos
requisitos, que determina la legislación interna de cada estado; estos
requisitos generalmente son: que el naturalizado regrese a su país de origen,
con la intención de no volver más a su patria adoptiva y que el naturalizado se
residencie por más de dos años en su país de origen con intención de quedarse
permanentemente en él.
La recuperación de la nacionalidad no tiene efectos
retroactivos, en el sentido de que no se pueden desconocer las obligaciones
contraídas con anterioridad al momento de la recuperación de la nacionalidad
originaria.
Nuestra constitución en su artículo 36 C.R.B.V. establece
"quien renuncie a la nacionalidad venezolana por nacimiento puede
recuperarla si se domicilia en el Territorio de la República por un lapso no
menor de dos años (recuperación tácita) y manifiesta su voluntad de
hacerlo" (recuperación expresa). "los venezolanos y venezolanas que
renuncien a la nacionalidad venezolana podrán recuperarla cumpliendo nuevamente
los requisitos exigidos en el artículo 33 de esta Constitución".
Debemos observar que en la recuperación de la
nacionalidad, siempre interviene expresa o tácitamente la voluntad del sujeto
que se reincorpora. La manifestación de voluntad debe ser auténtica y el
domicilio debe certificarse mediante comprobante expedido por la autoridad
competente.
RÉGIMEN LEGAL DE LA NACIONALIDAD.
El régimen legal de la nacionalidad debe regularse en una
legislación especial, conforme a las normas sustantivas y procesales
relacionadas con la adquisición, opción, renuncia y recuperación de la
nacionalidad venezolana, así como la revocación de la naturalización (art. 38
C.R.B.V). La disposición transitoria segunda de nuestra Constitución establece:
" Mientras se dicta la ley prevista en el Artículo 38 de esta Constitución,
sobre adquisición, opción, renuncia y recuperación de la nacionalidad, se
considerarán con domicilio en Venezuela los extranjeros o extranjeras que
habiendo ingresado y permanecido legalmente en el territorio nacional, hayan
declarado su intención de fijar domicilio en el país, tenga medios lícitos de
vida y hayan residido en Venezuela ininterrumpidamente durante dos años.
Por residencia se entenderá la estadía en el país con
ánimo de permanecer en él. Las declaraciones de voluntad previstas en los
artículos 32, 33 y 36 de esta Constitución se harán en forma auténtica por la
persona interesada cuando sea mayor de edad, o por su representante legal, sino
ha cumplido veintiún años".
Además puede ser objeto e Tratados Internacionales donde
el Estado promoverá la celebración de los mismos en materia de nacionalidad,
especialmente con los Estados fronterizos y, en general, con latinoamericanos,
del Caribe, España, Portugal e Italia. (Artículo 37)
Sobre este particular la Exposición de motivos de nuestra
Constitución establece:
"Finalmente con el objeto de completar y darle
eficacia a la regulación constitucional se promueven los tratados
internacionales en materia de nacionalidad con los Estados o países fronterizos
y, especialmente, con España, Portugal, Italia, países latinoamericanos y del
Caribe"….
LOS CONFLICTOS DE LA NACIONALIDAD
Es lo que generaría la aplicación de principios de
diferentes Estados para determinar cuál sería la nacionalidad originaria y
adquirida. Es decir, si un Estado declara la nacionalidad a una persona de
acuerdo al jus soli, otro Estado puede declararla nacional de acuerdo al jus
sanguinis, siendo lógico que no debería tener doble nacionalidad. Pero pueden
producirse conflictos en relación al individuo que adquiere una nacionalidad
distinta a la originaria o adquirida. Lo adecuado es que cada Estado imponga
sus propias leyes en los conflictos, para determinar la nacionalidad.
La cuestión de la nacionalidad cobra interés por cuanto
que en un momento determinado varios Estados pueden asignarle simultáneamente
la nacionalidad a un individuo y exigirle el cumplimiento de obligaciones, como
sería el Servicio Militar, protección diplomática del nacional u obstáculo en
el desempeño de funciones públicas.
La aplicación simultánea de leyes también puede ocasionar
que un individuo se quede sin nacionalidad, desvinculándola de ella y sin
posibilidad de adquirir otra.
Al ser cuestionada la nacionalidad de una persona, no se
tiene con certeza donde el individuo contrata, donde hace su testamento, donde
declara impuesto, donde cumple con el Servicio Militar, de donde recibe
protección diplomática, en caso que se le considera con dos nacionalidades
(conflicto positivo de la nacionalidad) o un simple apátrida (conflicto
negativo de la nacionalidad).
En este sentido, Simón Bolívar, planteó una idea
encaminada a estrechar vínculos entre las repúblicas Americanas, expresadas en
el Congreso de Panamá de 1806, recogidas años después por el secretario del
estado James L. Blaine, para el efecto de la iniciación de las Conferencias
Panamericanas y la VI de estas encomendó al Instituto Americano de Derecho
Internacional la elaboración de un Proyecto de un Código de Derecho
Internacional Privado, que fue aprobado en 1928, bajo la redacción de Antonio
Sánchez de Bustamante, en cuyo estatuto, sin reserva para Venezuela, se
estableció lo siguiente:
Cada estatuto aplicará su propio Derecho a la
determinación a la nacionalidad de origen de toda persona nacional o jurídica y
de su adquisición, -pérdida o reintegración posterior que se haya realizado,
cuando una de las nacionalidades en controversia sea la de dicho Estado. Siendo
facultad de cada Estado determinar quiénes son sus nacionales.
De los que resulta que si hay pugna entre dos naciones,
prevalece la nacionalidad de la ley que rige la nacionalidad en el territorio
del Estado, en relación al individuo sometido a su imperio y domicilio en su
territorio. En caso de controversia sobre adquisición o pérdida de
nacionalidad, se resuelve con las reglas de la Ley de la Nacionalidad que se
suponga adquirida.
Fuente: Monografias.com