El
FMI es una institución financiera internacional que reúne 188 países, y cuyo
papel es el de “fomentar la cooperación monetaria internacional, garantizar la
estabilidad financiera, facilitar el intercambio internacional, contribuir a un
nivel elevado de empleo, a la estabilidad económica y hacer retroceder la
pobreza”.
El
FMI tiene como función la de asegurar la estabilidad del Sistema Monetario
Internacional y la gestión de las crisis monetarias y financieras de un país o
una región del planeta.. Para ello, proporciona créditos a los países que
sufren dificultades financieras que ponen en peligro la estabilidad del
gobierno del país, la estabilidad de su sistema financiero o el flujo de
intercambio del comercio internacional con el resto de los países.
La
institución fue creada en 1944 y en su origen, debía garantizar la estabilidad
del sistema monetario internacional después del crash financiero de 1929 en
Estados Unidos. Después de 1976 y con la desaparición del sistema de cambio
fijo, el FMI heredó un nuevo papel frente a los problemas de las deudas de los
países en desarrollo y frente a las crisis financieras internacionales. (Notas
de Internet)
Como
es fácil apreciar de esta definición, el FMI en el contexto mundial, se ha
convertido en la tabla de salvación de muchos países que han enfrentado severas
crisis financieras a lo largo de las últimas décadas, pero también se ha
convertido, por sus famosas recetas financieras, políticas, económicas y
sociales, en una institución que muchos desprecian y califican de brazo del
capitalismo y del imperialismo para intervenir en países no alineados.
Por
ejemplo, en un país como Venezuela, que sin duda atraviesa por una crisis
financiera y económica, con alta inflación, devaluación constante de su moneda,
caída de las reservas internacionales y alto endeudamiento externo e interno,
la actuación del FMI pudiera lucir atractiva para unos y otros. Y de hecho, ya
ha comenzado a circular en ciertos círculos políticos y financieros del país,
que existe esa posibilidad.
Especulando,
por las recetas que el FMI ha impuesto a otros países con problemas similares a
los de Venezuela, podemos anticipar lo siguiente, en caso de solicitar esa
ayuda financiera:
- Nueva devaluación de Bolívar Fuerte.
- Flotación del dólar.
- Eliminación del control de cambio.
- Aumento del precio de la gasolina.
- Autonomía total al Banco Central de Venezuela.
- Eliminación de la mayoría de los subsidios nacionales y controles de precios.
- Privatización de empresas del Estado improductivas y con pérdidas a cargo del Fisco Nacional.
- Control del gasto público.
- Prohibición de emitir dinero inorgánico por el BCV para financiar gasto público improductivo.
- Disminución de la burocracia gubernamental.
- Suspensión de muchas de las ayudas financieras internacionales.
- Descentralización de las funciones del Estado
Otras
por el estilo.
En
materia institucional y comercial internacional, pudieran indicar la vuelta al
Pacto Andino, al Grupo de los Tres (Venezuela, Colombia y México) La vuelta a
la CIDH, etc.
En
realidad el FMI no es sino un prestamista que impone sus condiciones, eso sí un
prestamista que cobra bajos intereses y concede largos plazos para pagar. Es
una receta amarga la que impone esta Institución Financiera, pero es una
especie de castigo por los errores cometidos por los gobiernos en materia
económica y financiera.
Hugo Chávez (con mucha razón por experiencias amargas con esta
Institución como lo que ocurrió en Argentina) durante su gestión de gobierno
promulgó el alejamiento del FMI y anatemizó al Organismo. Traerlo de vuelta
será difícil para las nuevas autoridades. Pero podremos escaparnos a sus
recetas? La inflación y la escasez nos llevan directo a sus fauces. A menos que
nos decidamos por una política económica más moderna y con menos trabas los
tendremos por estos lados más temprano que tarde.
FUENTE:
Carlos Carpio / aporrea.org