Maracay, la ciudad jardín



Maracay es una ciudad venezolana, capital del municipio Girardot y del estado Aragua. Se encuentra situada en la región central de Venezuela, a orillas de la cordillera de la Costa, y se ubica a 109 km al sudoeste de la ciudad de Caracas. Es apodada frecuentemente como la "la Ciudad Jardín" y en menor medida como "la Cuna de la Aviación Venezolana" y "la Cuna de Grandes Toreros".
Su denominación político-territorial ha sufrido con el paso de los años; por eso en las páginas de historia se habla de Maracay como villa de la provincia de Caracas, después ciudad de la provincia de Aragua, y luego parte del estado Guzmán Blanco, del Gran Estado Bolívar, y del Gran Estado Guzmán Blanco, para quedar definitivamente capital del estado Aragua. Durante el período del general Juan Vicente Gómez, Maracay sufrió una fuerte transformación urbanística y económica. En la década de los cincuenta se gesta un importante proceso de industrialización de la ciudad y en los años sesenta se producen fuertes movimientos de inmigración e invasión de tierras.

Con base a los resultados del censo de 2001, para el año 2010, Maracay ostentaba una población de 1.300.000 habitantes, comprendida por los municipios de Girardot, Mario Briceño Iragorry, Francisco Linares Alcántara, José Ángel Lamas, Bolívar, Santiago Mariño, Sucre y Libertador, siendo una de las cinco principales ciudades de Venezuela.

Es conocida como la cuna de la aviación venezolana, tanto civil como militar. Aquí nació la primera aerolínea del país, Aeropostal, cuyo aeropuerto natal fue la Base Mariscal Sucre, seno de la escuela primigenia de la Fuerza Armada Nacional. La ciudad es una reconocida zona industrial e importante centro cultural por su cantidad de museos, teatros y bibliotecas.

Período colonial

Los terrenos donde hoy se encuentra la ciudad de Maracay, fueron otorgados originalmente al conquistador español Sebastián Díaz Alfaro, en el siglo XVI; y a su muerte, pasaron a su hijo Mateo.


Su población se fue estableciendo espontáneamente alrededor del río Maracay, en el valle de Tucupío y Tapatapa.1 La mayoría de sus habitantes eran españoles que se dedicaban al cultivo de cacao, maíz y algodón. A finales del Siglo XVII aproximadamente cuarenta familias se reunieron en una junta y designaron al marqués de Mijares y Don Andrés Cuadras para pedir al obispo Diego de Baños y Sotomayor el permiso para la edificación de una iglesia en honor a San José.

Fue erigida como vice feligresía de la parroquia de San José de Maracay el 5 de marzo de 1701, día en el que el obispo de Caracas, Diego de Baños y Sotomayor concedió tal estado religioso. La fecha de este evento es tomada como la de su fundación, destacando que Maracay fue declarada como parroquia, no ciudad, ni villa, ni pueblo. Sin embargo otros alegan que fue Andrés Pérez Almarza quien fundó Maracay en el año 1697.

Durante la época el añil fue el recurso más importante en la región.

Los primeros años del poblado transcurren modestamente con las siembras en conucos, hasta que un nuevo cultivo cambia la vida económica de la región, el añil, utilizado para teñir de azul las telas toma el segundo el segundo lugar como producto de exportación nacional. Debido a la escasez de esclavos llegan de los Llanos más de cinco mil hombres que aumentan repentinamente la población de Maracay. Fue así como la agricultura fue el principal incentivo del florecimiento de la urbe, especialmente el cultivo del añil; de esa planta, usada para teñir telas, se exportaban en grandes cantidades a Europa y proporcionaban proventos a la Corona, a propietarios y jornaleros.

Para 1787 hay más de siete mil habitantes, entre ellos tres mil blancos, una cantidad similar de negros libres y casi seiscientos esclavos. Con la era del añil y el incremento de los huéspedes, Maracay se convierte en un lugar agitado. El obispo de la diócesis de Venezuela Mariano Martí en una de sus minuciosas visitas pastorales, describe a Maracay como Un pueblo alegre y floreciente.

Samán de Güere

En 1800, el naturalista y geógrafo alemán Alexander von Humboldt visita Maracay. La población ya sobrepasaba los 7.000 habitantes y el cultivo del añil estaba en su apogeo. Durante su visita, el biólogo quedó muy impresionado con el pueblo y su gente, vio también el Samán de Güere y, asombrado con su tamaño, creyó al principio que era un cúmulo de árboles; para ese entonces el samán ya tendría 600 años de edad aproximadamente.

La ciudad tuvo un papel importante en la lucha de independencia de España, siendo capital provisional de lo que sería Venezuela, en el momento en que Francisco de Miranda establece su cuartel general en Maracay, siendo declarada como ciudad el 22 de enero de 1814 en un decreto firmado por Simón Bolívar, veinte días después de que el Congreso de Venezuela le otorgara los poderes absolutos.

Post-independencia

Conquistada la independencia Maracay sufre los rigores de una economía maltrecha que detiene su desarrollo hasta que en la última década del siglo XIX las cosas empiezan a cambiar. En tiempos de Joaquín Crespo, Maracay refuerza su condición de punto estratégico cuando el Gran Ferrocarril de Venezuela instala una de sus más importantes estaciones en todo lo largo del valle de Aragua el 1 de febrero de 1894.


En 1899 Cipriano Castro viene desde Los Andes al frente de la Revolución Liberal Restauradora para tomar el poder junto a su compadre Juan Vicente Gómez. En el camino hacia Caracas, Gómez conoce Maracay y queda fascinado por su clima y su paisaje recordando a su ciudad natal San Antonio del Táchira. El entonces vicepresidente de Venezuela Juan Vicente Gómez promovió la primera feria josefina en Maracay en el año 1905 con tres corridas de toros en un circo improvisado en el centro de la ciudad cerca de la plaza Girardot y la catedral. En 1908 siendo presidente de Venezuela Gómez declara a Maracay como capital política de Venezuela y en 1909 se muda a la ciudad.

Gomecismo

Los años de tranquilidad brindados por la primera etapa del gobierno del General Juan Vicente Gómez, quien fuese apodado como El benemérito, motivaron el traslado de comerciantes emprendedores regularmente establecidos en Caracas. Así nace un creciente interés por la región aragueña que ofrece la posibilidad de instalar negocios vinculados a la tierra y el ganado. Para 1915 Maracay ya tiene un jardín zoológico, un hipódromo, un banco y más compañías que se han inaugurado.

Durante este período la inversión en obras públicas en el estado Aragua supero las del Distrito Federal y la construcción de la carretera a Ocumare de la Costa hace que Maracay tenga un puerto bajo su control, siendo la razón por la cual Gómez plantea oficialmente la designación de Maracay como capital del estado Aragua sustituyendo a la ciudad de La Victoria el 21 de junio de 1916, siendo aprobada el 12 de marzo de 1917.
  
El benemérito gobernó a Venezuela con mano de hierro desde 1908 hasta su muerte en 1935.

Para 1918 la gripe española azota Venezuela, en la capital de Aragua una de las víctimas es Alí, hijo del General Gómez. En su honor, Gómez construye un mausoleo de estilo morisco en 1919, diseñado por Antonio Malausena.

Años después de que la gripe azotara Maracay, la ciudad vuelve a la calma, las pelea de gallos y los toros coleados se ven reforzados con otras disciplinas que ganan atención entre los habitantes, como el ciclismo. Gracias al patrocinio de Florencio y Juan Vicente, hijos de Gómez, el béisbol se convierte en otro de los deportes favoritos por los maracayeros, siendo Maracay Baseball Club el primer equipo de la ciudad.


En 10 de diciembre de 1920 se instala la Escuela de Aviación Militar en terrenos de la hacienda San Jacobo. Cuatro meses después el piloto Manuel Ríos se convierte en el primer venezolano en volar sobre Maracay con el flamante título de Aviador Militar. En 1928 el piloto Charles Lindbergh, famoso por cruzar el océano Atlántico en un vuelo sin escalas en solitario, visita Maracay. Para 1929, con el terminal para hidroaviones, la empresa alemana Junkers en el lago de Tacarigua, se abre un camino hacia los negocios al iniciar sus vuelos de ruta nacional la empresa Aeropostal.

A mediado de los veinte, Venezuela comienza a ver otro tipo de fruto salido de la tierra. En Maracay la renta petrolera permite que el presupuesto nacional se eleve lo suficiente para emprender la construcción de obras públicas y la creación de más industrias.


Para 1926, gracias a compañías como Telares de Maracay se comienza con la edificación de las tres primeras urbanizaciones de la ciudad, diseñadas para albergar a los técnicos y obreros catalanes. Además la tradición ganadera incursiona en nuevos caminos. El 24 de julio de 1928 se inaugura el matadero de Maracay, surgiendo como una respuesta a la importancia ganadera en la región ya que no solo fue el ganado criado en los valles, sino que los valles de Aragua se convirtieron en el cebadero y región depositaria de miles de cabezas de ganado proveniente de los Llanos de Venezuela.

Ciudad Jardín

La plaza Bolívar de Maracay

Para 1929 la inversión en obras públicas en el estado Aragua es tres veces superior a la del Distrito Federal, y Maracay comienza su expansión hacia el este. Con la coordinación del ingeniero francés André Potel, los arquitectos venezolanos Ricardo Razetti, Carlos Raúl Villanueva, Carlos Guinand Sandoz y Luis Malaussena, entre otros, realizan un conjunto de obras bajo el concepto Ciudad Jardín, donde la naturaleza es rigurosamente protegida. Estas obras que contrastan en un entorno de modestas dimensiones son para su principal inspirador y gestor el Gral. Gómez, la manera de exaltar la conmemoración del centenario de la muerte del Libertador Simón Bolívar.


La década de los 30's apenas comenzaba, y la era del cine en Maracay también. En el Teatro de Maracay y en los cines Girardot, Central y Miranda, los maracayeros hacían filas para ver las películas del momento. El cine nacional también da uno de sus más importantes pasos al instalarse la sede los laboratorios nacionales y Maracay Films bajo la dirección de Efraín Gómez, responsable de una producción cinematográfica abundante que da a conocer en las pantallas de cine del país a Maracay y al personaje predilecto de sus filmaciones, su tío el Gral. Juan Vicente Gómez. Fue así como la ciudad fue testigo de la innovación que transformó el espectáculo cinematográfico.


En 1930 la ciudad contaba con 27.000 habitantes, los habitantes vieron mejorada su calidad de vida por la renta petrolera, momento en el cual el Gral. Gómez anuncia que Venezuela ha pagado su deuda externa. El 19 de diciembre de 1930 millares de personas acuden a la inauguración de la plaza Bolívar de Maracay, la más grande del país y de América Latina, y en la misma jornada de inaugura el Hospital Civil de Maracay.6 Además de la inauguración de la Plaza Bolívar, en diciembre del mismo año se inaugura el Hotel Jardín, diseñado por Carlos Raúl Villanueva, siendo el evento turístico más esperado de los últimos años.


Para cubrir la necesidad de disfrutar la fiesta brava en Maracay, se inaugura la plaza de Toros de Calicanto por iniciativa de los hijos de Gómez. Esta construcción de aires sevillanos se convierte en una de las obras arquitectónicas más importantes del país y recibe a famosos matadores de la época.

Últimos años del gomecismo

El Toro de Las Delicias fue uno de los últimos regalos que recibió Juan Vicente Gómez.
En 1935 el Gral. Gómez consume sus últimos meses de vida, un obsequio de su nieto Marcos se convirtió en el punto de referencia de la ciudad, el Toro de Las Delicias, así como también la llegada del tanguero argentino Carlos Gardel al Hotel Jardín.


Durante el período del general Juan Vicente Gómez (1908 - 1935), Maracay sufrió una fuerte transformación urbanística y económica. El General Gómez sentía un apego muy especial por la ciudad de Maracay, en donde prácticamente despachaba su presidencia, en esta ciudad construye la plaza Bolívar más grande que existe en el mundo, de estilo parisino, además ordenó la construcción de un Arco del Triunfo, una plaza de toros (una réplica de la de Sevilla, España), un teatro de ópera, un zoológico, y el Hotel Jardín, una construcción atractiva y majestuosa para su época, con jardines turístico grandes. Actualmente el Hotel Jardín es la sede de la Gobernación de Aragua, la estructura original fue modificada, perdiendo su atractivo original. En esta época la ciudad de Maracay toma el apodo de Ciudad Jardín de Venezuela, por sus exuberantes jardines.

El 17 de diciembre de 1935 fallece Juan Vicente Gómez en su residencia en Maracay.

Postgomecismo

Luego de la muerte de Gómez, comienza la transición en Venezuela, un país sin presos políticos y que recibe a los que huyeron de la dictadura. En 1936 se habla de partidos políticos y sindicatos. El presidente Eleazar López Contreras emprende un gobierno de aprendizaje democrático. Además las propiedades de Gómez pasan a ser parte de la nación.

Lejos de lo que se pensaba, en Maracay el impulso de las instituciones continúa, y programas sociales como "La gota de leche" ofrecen beneficios para las numerosas familias aragueñas que crecían a ritmos acelerados. Las inauguraciones en Maracay no se detuvieron, en 1943 se inaugura la Escuela de Aviación Civil. En esta fecha el mecánico Manuel Murillo se convirtió en el primer paracaidista venezolano que se arroja a suelo venezolano.
  
Instituto Arnoldo Gabaldón, declarado «Monumento Histórico Nacional», en virtud de su indiscutible y reconocido valor médico-histórico y de arquitectura sanitaria.

En 1937 se emite el decreto de creación del Parque Nacional Rancho Grande para resguardar la fauna y flora que habitan en la cordillera de la costa, al norte de la ciudad. El parque fue rebautizado en 1953 con el nombre de Henri Pittier, insigne geógrafo, botánico y etnólogo suizo, quien llegó a Venezuela en 1917, clasificó más de 30 mil plantas en el país y se dedicó por muchos años al estudio de la flora y la fauna existente en el parque.

Maracay con 35 000 habitantes se convierte en el bastión contra el combate de una enfermedad que ha diezmado a la población venezolana, la malaria. La enfermedad pudo controlarse gracias al Dr. Arnoldo Gabaldón quien ejecuta una doctrina sanitaria que pasa a la historia y cambia el destino de miles de venezolanos. En 1943 se edifica el Conjunto Sede de Malariología uno de los emblemas de la ciudad, diseñado por Luis Malaussena.
En 1945, Maracay se estremece con los sucesos que desembocan en el derrocamiento del presidente Isaías Medina Angarita. Son precisamente los cuarteles de Maracay y la aviación en manos insurgentes los que deciden la suerte final del régimen.

En 1946, los maracayeros asisten a una memorable corrida en una mano a mano entre dos ídolos de la época: Manuel Rodríguez Sánchez, mejor conocido como Manolete y Carlos Arruza, el Ciclón. Así Maracay se convierte en el centro de la fiesta brava venezolana, contando con una cantera de famosos toreros que tiene como mejor ejemplo la dinastía de los hermanos Girón, destacando la figura de César Girón.


Maracay fue por varias décadas el centro de la aviación internacional. El hidroavión de Air France conocido como Latécoère 631 (el más grande del mundo para ese entonces) cumplió el primer enlace entre Francia y Venezuela.

1950 - actualidad

En 1950 la inmigración de europeos y asiáticos se suman a la gran cantidad de personas provenientes de todos los rincones del país que en los cincuenta llega a Maracay. En la primera época llegaron principalmente de Europa: Italia, España, Portugal, Alemania; en la segunda época llegaron del continente asiático: Líbano, Siria y China. Estas migraciones afectaron de varias maneras a la ciudad, entre ellas la comida, el vestir, la jerga, entre otros.

Un renovado movimiento industrial trae consigo la fundación de nuevas empresas, al igual que la actividad universitaria. Las facultades de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Central de Venezuela le dan a Maracay desde 1951 un nuevo perfil académico y la convierte en el alma mater de los veterinarios y agrónomos del país.


En 1961, bajo el mandato de Rómulo Betancourt, el presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy visita Maracay un año después de su elección para inaugurar el Asentamiento Campesino La Morita, el cual formó parte del programa Alianza para el Progreso.
Para 1965, Maracay comienza a cambiar su vocación agrícola por la siembra de industrias. Sin embargo la falta de vivienda hace que Maracay se desarrolle de forma anárquica que cambia los rasgos armónicos de la ciudad. Además en este año en Maracay se empieza a jugar béisbol profesionalmente con la fundación del equipo Tigres de Aragua.
En los ochenta se inaugura el Centro Cultural Santos Michelena que le da nuevas sedes al Museo de Arte y al Salón Aragua, y en los noventa, transformada por mérito propio en líder de la descentralización, obtiene en 1993 el control de gran parte de la autopista Regional del Centro, monumento funcional de gran importancia que sirve para el desarrollo de toda la zona.

Vídeos de la historia de Maracay, la ciudad jardín.












Diez especias infaltables en nuestra cocina



Deja de ver tus platos en el blanco y negro de la sal y la pimienta, y llénalos de color y aromas de las especias. Para lograrlo, no tienes que tener un mercado marroquí en tu cocina, pero al menos sí un especiero fresco y bien abastecido.

Si no sabes por dónde comenzar, te damos una lista de diez especias y condimentos fáciles de conseguir, muy distintos entre sí, y que aportarán deliciosos matices a tu sazón. Eso sí, como en una buena paleta de colores, recuerda que el blanco y el negro siguen siendo parte importante del resultado de tu plato, así que, tampoco dejes de usar una sal y una pimienta de la mejor calidad que puedas obtener.

1. Curry: Base de la comida india y de muchas partes del sudeste asiático, ya se ha vuelto un gusto global. Perfecta para acompañar pollo, camarones o vegetales a la plancha.

2. Canela: Asociada con el dulce, pero capaz de brindar profundidad a guisos y de perfumar deliciosas bebidas y sopas.

Espolvoréala en frutas, crema de auyama, carne guisada, sangría o chicha de arroz.

3. Paprika: Su intenso color y su aroma fuerte pero sin ser picante aportan un gusto a pimentón concentrado y a la vez capaz de fusionarse con el resto del plato.

Úsala en huevos fritos, carne guisada, papas y dips para fiestas.

4. Cúrcuma: De un amarillo aun más poderoso que el curry, este es su gran complemento. Es mejor usarla con moderación ya que pinta mucho y deja un toque amargo.

Viste de amarillo pollo guisado o frito, garbanzos, arroces y calamares rebosados.

5. Pimienta blanca: Aunque es de tenue color, su sabor tiene su proio estilo y complementa a la pimienta negra, además de brindar un suave picor a muchas comidas.

Dale vida a tu pescado horneado, vegetales salteados, salsas para pasta y rellenos de tartas vegetarianas.


6. Comino: Aunque el dicho dice que a nadie le importa, úsalo generosamente y descubre cómo tus platos obtienen un sabroso matiz.

Redescúbrelo en bistecs, milanesas de pollo, carne molida, pasteles de carne y granos.

7. Nuez moscada: Su perfume es delicadamente pungente y muy generoso, perfecto para dar sabor sin agredir a los paladares sensibles.

Da un toque en tu salsa bechamel, cocteles con crema de leche, pan dulce, arroz con carne y nueces.

8. Jengibre: Increíblemente versátil, su calidez se une de maravilla tanto en dulces como platos salados. Lo consigues natural, reco, en polvo o en conserva.

Usa el comodín en tus camarones, pollo a la plancha, salsas con coco, galletas, postres con coco y cocteles.

9. Clavo de olor: Un aroma dulce y amaderado, que en exceso se torna amargo pero en su medida justa le da a los platos un aroma que muchos simplemente describen como "a Navidad".

Celebra preparando aves con salsa de naranja, manzanas horneadas, dulces con nueces, té negro.

10. Cardamomo: Un aroma único y exótico que puede llevar un plato al siguiente nivel. Es costoso, pero se usa una cantidad pequeña.

Vuelve inolvidables tus platos de cordero, arroces árabes, café y galletas dulces.

FUENTE:

www.cocinayvino.net

REALIDAD ECONOMICA EN VENEZUELA A COMIENZO DEL 2013



El país necesita ajustar su moneda al valor real y asumir los costos de su mala conducta.

Devaluar no es una decisión "cool" que se toma para agradar a la gente, como cuando le repartes populismo. Equivale a operarse y eso duele. Lo haces porque no te queda más remedio y en el caso de la devaluación, por culpa de un problema que el mismo Gobierno generó.

Devaluar es reconocer la depreciación ya ocurrida en la moneda (pérdida intrínseca de su valor en referencia a la moneda extranjera). Un gobierno puede retrasar la devaluación (con todos los costos que esto acarrea), pero la depreciación ocurre indeteniblemente cuando las políticas son malas. El no devaluar cuando la moneda está ya depreciada, como ahora, genera costos mayores a los que se pretende evitar. Uno de los más importantes es la hiperestimulación de la demanda de divisas baratas. Un ejemplo lo teníamos en el 4,3 Bs/$ de Cadivi y el 5,3 Bs/$ de Sitme. Era obvio que a esos precios absurdos, la demanda era infinita. Lo observas en el comportamiento de las importaciones, que llegaron a superar los 56 millardos de dólares, batiendo el récord histórico del país. ¿En 2012 los venezolanos comieron más, se vistieron más o se lavaron más el pelo que al año anterior? Claro que no. 

Las importaciones desbocadas no intentaban cubrir la demanda física de bienes sino la obtención de dólares regalados. Los resultados son evidentes: 1) destrucción de la capacidad productiva interna por competencia desleal, 2) sobrefacturación de mercancías, 3) corrupción en las asignaciones de divisas y 4) valoración a precio de mercado negro en mercancías que recibían dólar oficial para proteger costos de reposición inciertos.

El ministro Giordani tiene razón cuando indica que el país no necesita esa magnitud de importaciones, que es insólito que el país importe hasta el arroz y que hay personas que se aprovechan del control para hacerse ricos ilegalmente. Las preguntas relevantes son: ¿por qué?, y ¿cómo resolverlo?

El "porqué" está clarito: la sobrevaluación y el control de cambios. La solución correcta entonces es devaluar y abrir mercado, justo lo contrario a lo decretado recientemente cuando decidieron aplicar una devaluación "pírrica" que mantiene la sobrevaluación intacta y recrudece el control, dejando en el Estado la responsabilidad exclusiva de la asignación de divisas. Es como ponerle gasolina a la candela (por cierto, también absurdamente regalada).

¿Tienen ustedes dudas de que 6,30 Bs/$ es un precio ridículo? Ofrézcanle a su vecino dólares a ese precio y vean qué les dice (estará dispuesto a vender lo que sea para comprarles lo que tengan). A ese precio la demanda sigue siendo infinita y el problema permanece igual. El Gobierno ha dicho que decidirá a quién, cuánto, cuándo y para qué entregará divisas y con eso garantizará las necesidades del pueblo. Suena hasta bonito. Uno tiende a enternecerse ante tal demostración de bondad ingenua.

El problema es que no existe ninguna experiencia exitosa de un país que haya jugado a ser Dios decidiendo qué es lo que sus ciudadanos necesitan, cuándo y para qué, ni que haya controlado discrecionalmente la asignación de sus divisas y no haya generado una matraca de corrupción que colapsa el sistema.

¿Cuál es el estado de la nación y como la pervirtió el socialismo?

En estos largos doce años, de destrucción socialista, y disfrutando de un voluminoso ingreso fiscal, el gobierno manipulo esta renta fiscal para descapitalizar al capital privado, han sido víctimas grandes, medianos y pequeños, en todos los sectores de la economía nacional. La descapitalización de la economía se hizo deliberadamente y fue financiada por la renta petrolera.

De esta manera, el Estado ha desplazado a la gente y sus empresas para transformarse en un Estado que importa alimentos, bienes durables, produce hotelería, explota y produce materias primas, cemento, viviendas, se hizo propietario de grandes extensiones de la frontera agrícola, creando un poder económico, con el objetivo de transformar a los venezolanos en empleados públicos, sin los derechos laborales básicos.

En lo que podemos conceptualizar como una proceso contra-natura, todos los vicios del poder absoluto se han exacerbado exponencialmente, la ineficiencia, la irresponsabilidad, desaparecen como virtudes individuales, para convertirse en expresiones colectivas de un Estado que ha sembrado la corrupción más allá de la recurrente y conocida corrupción rentista conformada por sectores de intereses económicos y políticos conocidas en el pasado. Parafraseando a Lord Acton, el poder corrompe, y desde luego, el poder absoluto, que ha sido el norte de la malignidad narcisista del liderazgo político, corrompe absolutamente. Cualquier actividad del Estado, desde la más elemental de un subsidio o una acción de caritas pública hasta las grandes decisiones en materia económica está signada por la degradación colectiva.

El liderazgo político a elegir debe enfrentar este reto y promover políticas públicas dirigidas a alcanzar un clima de constricción colectiva que siembre valores que la única renta posible de perdurar y lograr progreso familiar es la producida por el esfuerzo individual. Desde luego ello implica la configuración de políticas públicas que complementen redistributivamente y sobre la base de subsidios directos y otras formas de estímulo social, a aquellos sectores menos favorecidos, teniendo en cuenta, que solo el capital humano individual es capaz de crear una sociedad prospera.

¿Cuánto cuesta poner al país en crecimiento estable?

A menudo a uno le preguntan en la calle, ¿cuánto cuesta la recuperación del país? Otros indican que la recuperación se llevara una o dos generaciones. El gobierno se ha dado a la tarea de sembrar dos tipos de pecados insalvables por el individuo: el odio y el pesimismo. El odio para los sectores de menores ingresos a quienes el gobierno educa como mendigos y componentes del servilismo socialista, y negar de esa manera todo esfuerzo individual para dejar de ser pobre, y a los sectores medios se les ataca y difunde desesperanza, venganza y particularmente el pesimismo.

Y éste último quizá el que crea el entorno de servidumbre que los comunistas en el poder buscan a todo evento. Muchos me preguntan ¿cuánto tiempo pasaría para que Venezuela recupere su camino al crecimiento y a la superación como país? ¡Algunos responden, generaciones enteras! Nada de eso, Venezuela ha mostrado desde finales del siglo XIX, donde durante 70 años los caudillos de la época estuvieron destruyendo la nacionalidad en guerras, guerrillas y reparto entre ellos, que puede recuperarse sin muchos traumas y muy rápido, el petróleo ayudara mucho.

En ese sentido, el próximo Presidente tendrá la representatividad y canalizará las aspiraciones de la gente, tiene que aprender rápidamente que para recuperar al país y colocarlo en un camino viable para un crecimiento sustentable, hacen falta en principio el restablecimiento de un conjunto de reglas cuyo diseño y aplicabilidad requieren de decisiones políticas, entre ellas lo más importante, el re-establecimiento de las libertades económicas, trituradas por el proceso político que encabezo Chávez.

Reglas fiscales básicas

Habrá que restaurar algunas reglas sin las cuales no será posible colocar a Venezuela en un crecimiento sustentable. Una regla fiscal que indique a los gobiernos que endeudarse tiene límites y que estos están allí donde la acción fiscal trae pobreza y descapitalización. La regla fiscal fue destruida por Chávez al querer eliminar ciertas racionalidades fiscales y presupuestarias para centralizar los fondos públicos provenientes de impuestos, de la actividad industrial de PDVSA y CVG, y otras actividades de empresas públicas. Todo eso hay que revertirlo y darle estructura racional, devolviendo a las regiones alguna soberanía fiscal en base a la racionalidad política de sus gobiernos locales. Imponer una regla de subsidiariedad fiscal que le de autonomía fiscal y redistributiva a los estados y municipios.
Y en el Presupuesto Nacional reincorporar la regla que fije el endeudamiento público puede ocurrir a niveles donde el país pueda servir alguna deuda pública que se demande. La regla fiscal es muy sencilla, el servicio de la deuda pública no debe superar la tasa de crecimiento de la economía, así evitaremos explosiones de precios, inflaciones y devaluaciones. Habrá necesidad entonces de una operación de refinanciamiento de la deuda pública, esencialmente la documentada en cabeza de PDVSA para evitar una explosión fiscal actualmente en curso dado que el colosal endeudamiento de estos años de revolución, muestra hay un inevitable explosión por carecer fondos suficientes para servir la deuda pública interna y externa.

El refinanciamiento de la deuda externa de PDVSA puede llevarse a cabo a través de un programa de debt-equity-swap, -canje de deuda por capital- para asociar al gobierno y al Estado con capital privado nacional y extranjero, así como ahorro nacional del venezolano común, y relanzar la economía petrolera y ponerla al servicio del país sin tener que ser filtrada por los mecanismos fiscales redistributivos. Afortunadamente Venezuela cuenta con recursos potenciales en abundancia y activos susceptibles de privatizar para reacomodar esa perversión fiscal y financiera causada por la revolución: el petróleo y las empresas de Guayana, las cuales los gobiernos venideros tendrán que recapitalizar con inversión privada nacional y extranjera.

El petróleo, PDVSA y el fisco

El modelo “rentismo absoluto” implementado por el gobierno y la legislación creada para tal fin, convirtió a PDVSA en un cascarón fiscal y en una empresa complementaria y suplementaria del gasto público. Ese proceso ha descapitalizado la industria petrolera nacional y destruida el capital humano, dejando a la industria petrolera a expensas de incentivos políticos de los grupos de intereses políticos y mercantilistas en el poder público.

Se eliminaron los mecanismos de controlabilidad existentes, lo cual ha permitido fundir el balance de PDVSA con el fisco, con lo cual se han creado serios vicios administrativos que impiden a los venezolanos conocer el estado de la industria petrolera público y la naturaleza de sus asociaciones con estados y empresas petroleras internacionales en condiciones de debilidad jurídica.

El negocio petrolero ha sido manejado en la oscuridad, la creciente deuda de PDVSA que supera los 42 mil millones de dólares, tanto la documentada como la contingente y “deuda flotante” han impuesto un enorme peso sobre su viabilidad económica y financiera. La “reflotación” de PDVSA requerirá que una buena parte de su deuda sea reasignada a su dueño, el fisco, en un futuro inmediato con lo cual el endeudamiento público alcanzaría dimensiones financieras que tendrían un severo impacto negativo en lo fiscal. Se necesitar amplias reformas legales y desde luego constitucionales para devolverle al negocio petrolero su sentido económico, y restablecer sus nexos naturales en impuestos y regalías y dividendos con el fisco y la República.

Será necesario un acuerdo político para re institucionalizar la industria petrolera nacional, o bien recreando a PDVSA y tejiendo jurídicamente las barreras que la separan del fisco, o reeditar la legislación petrolera para discutir los acuerdos, asociaciones y contratos firmados en estos años y han contribuido a la descapitalización de la industria petrolera nacional, la cual, hoy, para cumplir sus acuerdos comerciales en el mercado internacional ha tenido que complementar la producción nacional con importaciones petroleras de elevado costo, todo lo cual afecta la contribución fiscal de la industria petrolera. La descapitalización de la industria petrolera nacional obligara a una reedición de toda la legislación petrolera para dar cabida a la asociación del Estado venezolano con empresas extranjeras que permita rescatar y recapitalizar la industria petrolera nacional.

¿Qué hacer con nuestra renta petrolera?

Es un asunto clave destacar que a pesar de las grandes cantidades de dólares que percibimos de la venta de nuestro petróleo, esta actividad per se no es suficiente para mantener el bienestar de 30 millones de venezolanos. Es por ello que el reparto, sea como sea, de esa renta nunca sería suficiente para garantizarnos un progreso económico sostenible. Es más, sólo para darle viabilidad a los puntos que voy a plantear, el aumento de la producción, y por tanto de las exportaciones es una condición necesaria y obligatoria. Claro, para garantizarnos un crecimiento robusto y sostenible pasa por convertirnos en un país que produzca mucho más que petróleo, pero para ello vamos a necesitar apalancarnos de esa satanizada renta petrolera. Acá algunas de las alternativas para su uso.

Uno, una parte de esa renta petrolera debe ser dedicada a la inversión en infraestructura para que de esa forma se facilite la interacción económica entre los diferentes actores. Muchos de ustedes habrán apreciado el desarrollo económico que pueden alcanzar pequeños pueblos una vez que estos son interconectados (por carretera o por telecomunicaciones) entre ellos y con las ciudades de mayor tamaño. Por otro lado, también debe dedicarse esa renta a la construcción de hospitales, sistemas de transporte y escuelas. Éste último punto, es en mi opinión muy importante, porque creo que sólo con capital humano debidamente preparado podremos hacer frente a un mundo más competido y competitivo.

Dos, otra parte de esa renta debe ser dedicada a subsidios internos, pero estos tienen que ser estudiados cuidadosamente y también deben tener en cuenta el cambio de un paradigma de subsidio de la oferta para pasar a uno de subsidio de la demanda. Por ejemplo, la entrega de vouchers a los ciudadanos que sólo puedan ser redimidos en servicios de educación, salud y en la adquisición de viviendas, y al mismo tiempo permitir que el sector privado compita en estas áreas, nos dejaría con servicios de mucha mejor calidad que los que tenemos. Es decir, cualquier persona podrá elegir entre hospitales o escuelas que sean públicas o privadas y su decisión estará guiada por la calidad de servicio que se ofrezcan.

Tres, y acá puede que sea algo polémico, pero a mi parecer parte de la renta petrolera debe parar directamente en manos del ciudadano. Mi opción ideal sería hacer a cada venezolano accionista de la petrolera estatal y de esa forma beneficiarse de la entrega de dividendos, pero otras vías de transferencia también podrían servir. De esta forma cada uno de los ciudadanos tendría un pequeña parte de renta para cubrir las necesidades que ellos quieran.

Cuatro, con esa renta también deben crearse dos tipos de fondos soberanos. Uno sería dedicado a la estabilización macroeconómica cuya principal función es ofrecer un verdadero blindaje en contra de la volatilidad del precio del petróleo, y el segundo fondo sería intergeneracional partiendo de la premisa basada en que el petróleo que vendamos no sólo es nuestro, sino también de nuestros hijos. El caso noruego sería un muy buen ejemplo a seguir.

Para finalizar, es importante que el destino de la renta petrolera, sea cual fuere, esté en la constitución del país, y que además sea producto de una decisión por consenso a partir de representantes de todos los sectores del país. Creo que es tiempo de quitarles la potestad del reparto de la renta petrolera a los políticos, quitarles esa poderosa arma política con la que muchas veces nos chantajean y elaborar un marco institucional para que dicha renta verdaderamente termine en manos del ciudadano.

El Banco Central de Venezuela y una regla monetaria: bimetalismo

La inflación ha sido para el actual gobierno un mecanismo adicional de financiamiento, para ello el gobierno y el Presidente mutilaron la esencia de un Banco Central, su independencia y autonomía fueron fundidas en sendas reformas de la Ley del BCV para colocarlo bajo los intereses del Ministerio del Tesoro como fuente de financiamiento fiscal, de hecho el BCV ha sido convertido en una especie de banco de desarrollo que adquiere documentos de deuda de empresas públicas y del fisco a cambio de dinero fresco, dinero inflacionario.

En ese sentido, Venezuela muestra los indicadores de inflación más elevados del mundo, y ello como se sabe destruye el poder de compra de salarios e ingresos de los hombres de menores ingresos, cuyo bienestar depende casi exclusivamente de los programas de subsidios directos que el gobierno establezca, en función de las restricciones fiscales de la coyuntura.

El retorno a una regla monetaria básica tiene como objetivo eliminar las condiciones institucionales creadas por la revolución para permitir a la autoridad monetaria el uso de los instrumentos naturales para la defensa del poder de compra de la moneda, además de dotar al BCV de los instrumentos monetarios requeridos por la coyuntura económica. Ello conllevara a acuerdos políticos legislativos necesarios para re institucionalizar al BCV, derogando las últimas tres reformas de su Ley llevadas a cabo desde la promulgación de la Ley del BCV en el año 2000. Ello permitirá el establecimiento de los sistemas monetarios más normales actualmente, el bimetalismo, con circulación normal del bolívar, del dólar, del euro entre otras.

Y la conversión de Venezuela en un país viable y confiable

Pero esto tendrá una barrera institucional que hay que derribar de inmediato. Al mundo hay que convencerlo que Venezuela será nuevamente un país creíble, confiable y que respetara los contratos, algunos sacrificios en este particular tendrán que ser llevados a cabo para recuperar el “trust” internacional del país, algo que Chávez y el gobierno destruyeron sin razones ni explicaciones racionales, las cuales desde luego tendrá que hacerlo en su debido momento. La irresponsabilidad en esta materia por parte del gobierno ha causado un enorme daño al país elevado el riesgo y en consecuencia incrementando los costos financieros a los que el país acuda en los mercados internacionales.

Venezuela necesita ajustar su moneda al valor real y asumir los costos de su mala conducta, para luego rescatar los equilibrios y enseriarse. Necesita una moneda que permita a la producción local desarrollarse. Un mercado abierto donde la demanda y la oferta se pongan de acuerdo y los empresarios tengan incentivos para invertir. Hoy tenemos lo contrario y el resultado es obvio: más desinversión, más inflación, más desabastecimiento, más corrupción y más dependencia. El tema es que también tenemos más revolución... y queda claro que de eso se trata. 

Fuentes:

·         De revolución se trata por Luis Vicente León
·         ¿Después de Chávez qué? por Alexander Guerrero E.
·         ¿Qué hacer con la renta petrolera? por Henkel García



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12. Tiempo de inicio: Tiempo de inicio le ofrece el el tiempo de carga exacto del sistema y aplicaciones de terceros.

13. Inicio Silenciosa (Configuración de inicio-> Menú-> Silencio): Inicio Silencio se apaga el sistema de sonido en el arranque y apagado del dispositivo.

14. Sistema de Información: Información de la Plataforma de Información de hardware básico, sensor de Información.

15.Widget: Puede optimizar la memoria facilmente.

16. App 2 SD(Support android2.2 and later): Puede mover las aplicaciones a la tarjeta SD y tener mas espacio en la memoria interna del teléfono.

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