Maestro
de la arquitectura moderna en Venezuela. Hijo del diplomático venezolano Carlos
Antonio Villanueva y de Paulina Astoul. Nieto de Laureano Villanueva. Nació el
30 de mayo de 1900 en el Consulado de Venezuela en Londres. Hijo de Carlos
Antonio Villanueva, ingeniero civil y diplomático venezolano y Paulina Astoul,
una dama francesa de las altas élites de París. Carlos Raúl tenía cuatro
hermanos: Marcel, Sylvia, Susana y Laureano quienes prefirieron la vida europea
a convertirse en un "criollo integral" como Carlos Raúl. Realizó sus
estudios de educación media en el Lycée Condorcet de París y los superiores en
l' École des Beaux-Arts (1920), bajo la dirección de Gabriel Héraud. Graduado
en 1928, regresó para establecerse en nuestro país. Las obras desarrolladas por
Villanueva durante sus primeros 10 años de actividad profesional, tuvieron un
marcado carácter ecléctico derivado tanto a su educación académica como a las
condiciones culturales que imperaban en Venezuela para ese momento.
Carlos
Raúl Villanueva es considerado el padre del modernismo arquitectónico en
Venezuela, la visión de la Venezuela rural que él conoció lo llevó a darle un
cambio a la ciudad con modernos espacios que hoy son un legado, además es la
inspiración de muchos arquitectos.
Cuando
llegó a Venezuela comenzó a trabajar en el Ministerio de Obras Públicas, por
orden del General Juan Vicente Gómez, lo que no se imaginaban era que por su desempeño llegaría a ser el
director de edificaciones y obras de ornamento. Villanueva se encargó de
proyectar el modernismo en cada una de sus obras en diferentes ciudades del
país, entre las que destacan: en Caracas El Museo de Bellas Artes 1939, La
Escuela Gran Colombia (hoy Francisco Pimentel)
considerada la primera escuela
moderna del país. También se encuentra
la reurbanización de El Silencio 1945, la Unidad Residencial El Paraíso, la
Urbanización 2 de diciembre (hoy 23 de Enero) y la más impactante y
trascendente La Ciudad universitaria de Caracas.
El
Museo de Bellas Artes: en este diseño se destacó el estilo neoclásico, los
patios y jardines ingleses, las grandes
columnas de la era greco-romana y la estética francesa son algunos de los detalles que identifican
este diseño, lo cual se mantuvo en el Museo de Ciencias Naturales.
En
este lapso entró a trabajar en el Ministerio de Obras Públicas, permaneciendo
luego al servicio del estado. Entre las principales proyectos llevados a cabo
en este tiempo figuran el Hotel Jardín de Maracay (1929), de simplificadas
formas neobarrocas y afrancesadas; la Plaza de Toros de la misma ciudad (1933),
y el Museo de Bellas Artes (1934-1935), obras en las que tomó en consideración
los elementos neoclásicos (jardín y patios aporticados con columnas
neoclásicas) tradicionales de la arquitectura venezolana, lo cual mantuvo
también en el contiguo Museo de Ciencias Naturales, concebido como una sucesión
axial de espacios diferenciados en sus dimensiones y formas.
En
1936, son demolidos los muros de la cárcel La Rotunda y en este lugar, llamado
luego plaza de La Concordia, Villanueva diseña un templete neoclásico
períptero, que conmemoraba a los luchadores por la libertad de los países
americanos, pero que posteriormente fue demolido. Para 1937, junto con Luis
Malausena elabora los planos del pabellón venezolano que participará en la
Exposición Universal de París, dentro de un repertorio formal neocolonial. A
esta etapa pertenecen también algunas casas neocoloniales construidas por él en
Caracas, como la Embajada de Perú en el Country Club y una residencia en El
Rosal. Por otra parte, la escuela Gran Colombia (hoy grupo escolar Francisco
Pimentel) del año 1939 puede considerado como su primer proyecto claramente moderno,
al estar emparentado con la arquitectura internacional en su versión francesa
de Robert Mallet-Stevens y Lurat. En tal sentido, se trataba de un nuevo
concepto de establecimiento escolar, que incorporaba los espacios verdes al
edificio, abierto hacia ellos con pórticos a lo largo de la fachada posterior.
En 1941 gana el concurso para la reurbanización de la insalubre zona de EL
Silencio, promovida por el gobierno de Isaías Medina Angarita e integrado a los
programas del Banco Obrero.
Con
el ajuste al plan urbanístico del francés Maurice Rotival, aceptado por el
Municipio, surgen 7 niveles, con un uso comercial en la planta baja. La
realización de los bloques, terminados en 1944, fue en definitiva un logro
técnico de las empresas venezolanas de la construcción. En 1943, Villanueva,
influido por los conceptos de la "Ciudad Jardín" de Le Corbusier,
diseña para Maracaibo, el conjunto residencial Rafael Urdaneta como alternativa
a los proyectos habitacionales promovidos por las compañías petroleras. La
urbanización en cuestión fue planificada para 1.000 viviendas unifamiliares de
3 pisos, dispuestas en filas paralelas.
En
1944 comienza el proyecto de la Ciudad Universitaria de Caracas, que a partir
del conjunto del hospital, se desarrolla durante los 16 años siguientes. El más
notable grupo de edificios de esta obra lo constituyen el Aula Magna y la
Biblioteca, unidas con la plaza cubierta. En el aula Magna, cuyas monumentales
formas de concha de concreto tienen rasgos lecorbusierianos, fue lograda con la
colaboración del escultor norteamericano Alexander Calder, lo que derivó en una
perfecta integración de la arquitectura con los elementos esculturales
suspendidos (nubes del techo) que cumplen funciones acústicas. En cuanto al
conjunto deportivo y principalmente la piscina, se basaron en el uso del
concreto de obra limpia, al igual que en los auditorios y los largos pasillos
cubiertos. La Ciudad Universitaria de Caracas, a pesar de no completarse todas
las edificaciones proyectadas por Villanueva, constituye uno de los más
significativos ejemplos de la arquitectura venezolana y americana.
Posteriormente,
desarrolló una importante actividad como director de la oficina de proyectos
del Banco Obrero, en la cual colaboraron varios jóvenes arquitectos: Carlos
Celis, José Manuel Mijares, Guido Bermúdez, Joseph Hoffmann y Carlos Brando.
Cabe destacar que en esta institución se formó bajo la atenta mirada de
Villanueva, una verdadera escuela que desarrolló una nueva tipología de bloques
orientados a servir como viviendas de uso colectivo, surgiendo por tanto los
siguientes complejos: Ciudad Tablitas, la urbanización San Martín, la unidad
residencial Paraíso y el 23 de Enero, inicialmente llamado 2 de Diciembre. La
incidencia numérica y cualitativa de estas viviendas modificó el paisaje urbano
de Caracas y de otras ciudades venezolanas, influyendo además en los cambios de
patrones sociales que se experimentaron en las zonas urbanas.
Otras
construcciones de importancia realizadas por Villanueva son: la escuela de
Ingeniería de Petróleos de la Universidad del Zulia, el Museo Jesús Soto en
Ciudad Bolívar, el edificio de oficinas de la Fundación La Salle, en Caracas.
Por
otra parte, aunque de menor importancia, son notables por su adaptación al
ambiente, las residencias que diseñó en La Florida (Caracas) y en Caraballeda
(La Guaira). Una de sus últimas obras fue el nuevo edificio del Museo de Bellas
Artes en Los Caobos (en colaboración con Oscar Carmona). Aparte de su labor
como arquitecto, Villanueva fue autor de varias publicaciones en revistas
especializadas nacionales y extranjeras, así como también de los libros: La
Caracas de ayer y de hoy (1950) y Caracas en tres tiempos (1966). Entre los
premios obtenidos por Villanueva a lo largo de su trayectoria como arquitecto
tenemos que en 1947 obtuvo el premio en el Congreso Panamericano de Arquitectos
en Lima; en 1957 en la Bienal de Sao Paulo y en 1963, el Premio Nacional de
Arquitectura de Venezuela.
FUENTES:
en123inmuebles.com.ve / venezuelatuya.com / noticias24.com